Aitor Gabilondo transforma la Patria de Aramburu en oro cinematográfico
Uno ve con el corazón en un puño cada capítulo de la excelente adaptación cinematográfica para televisión de la magnífica novela Patria porque comprueba de nuevo aquella nauseabunda realidad creada por los MALNACIDOS que engañaron a tantos imbéciles haciéndoles creer que personas que jamás habían hecho daño a nadie podían ser consideradas OBJETIVOS para salvar una patria (como todas, inventada).
De la novela de Fernando Aramburu escribí en octubre de 2016, nada más leerla maravillado, que
Patria es
un hermoso alegato contra el dolor del ser humano causado por el ser humano,
una denuncia en carne viva que señala sin ambages a los causantes de tan
terrible padecimiento y analiza, como sólo un buen libro de Historia es capaz
de hacerlo (algo que el texto de Aramburu no es, ¿o sí lo es?), los efectos del
terror en quienes lo sufren y sus retorcidas causas, sus manipuladas causas.
(De
mi artículo para Nueva Tribuna ‘A favor de la literatura y el
arte. Patria, una novela necesaria')
¿Qué decir de la serie Patria? Ocho
capítulos de poco menos de una hora cada uno. El máximo responsable, el creador
de esta serie cinematográfica es Aitor Gabilondo, quien además la ha escrito y dirige
alguno de sus capítulos, los que no están realizados por Félix Viscarret y
Óscar Pedraza. La música es de Fernando Velázquez y la espléndida fotografía de
Álvaro Gutiérrez y Diego Dussuel.
El excepcional reparto está formado por Elena
Irureta, Ane Gabarain, Loreto Mauleon, Susana Abaitua, Mikel Laskurain, José
Ramón Soroiz, Jon Olivares, Eneko Sagardoy, Iñigo Arambarri, Javier Beltrán,
Alvar Gordejuela, Nagore Aranburu, Manuel Morón…
¡QUÉ SUERTE ha tenido Fernando Aramburu, qué contento estará de que Ane Gabarain, Elena Irureta y Loreto Mauleon sean LAS EXTRAORDINARIAS actrices que dan vida a tres personajes esenciales de su ahora cinematográfica PATRIA!
Es conmovedor cuando nos reímos entre
lágrimas con la pequeña comedia que los grandes literatos, los grandes cineastas,
saben aportar a cualquiera de las enormes tragedias contemporáneas. Algo que
cuantos sostienen esta inconmensurable aportación al arte cinematográfico han
sabido plasmar en el personaje central de Bittori (no se me ocurren palabras
para explicar todo cuanto Elena Irureta transmite durante las casi ocho horas
de la serie Patria) y su relación con su marido asesinado. Una relación
que es el eje central de este pequeño universo vasco creado por unos artistas
en estado de gracia, amparados por las magníficas páginas de una novela de época.
Patria es ya el nombre de dos clásicos sobrecogedores.
Claro que siempre habrá quien se sienta capacitado para decir que esta portentosa serie es "una transcripción de la colosal novela tan fiel y emotiva como plana”, que esta maravilla artística cinematográfica “aleja cualquier matiz o riesgo, para centrarse en el más elemental dolor que afecta a todos y a todos condena", pero para eso hay que ser crítico en un diario y no ser capaz de apreciar la piel erizada de las obras de arte (¿verdad Luis Martínez, crítico de El Mundo?). Algunos necesitarían continuamente el VAR. No pasa nada.
No es difícil ver quién sale condenado de esta doble obra de arte. Quiénes. Los inventores de odio.
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