Tequila
Silbando
una canción de Tequila, esa misma, la que se te ha puesto en la cara, que el
tiempo no te cambie, necesito un trago, hoy quisiera estar a tu lado, ya soy
mayor, no me dejes solo, me vuelvo loco, dime que me quieres, quiero besarte, ¡¡¡SALTA¡¡¡
Vaya
una birria esta de ser mayor. Pero aún tienes la edad en la que la música es un
don salvaje y amable, puro escalofrío y saltos, tienes esa edad y bajas a la
calle y tu amiga María Jesús Mota te dice que te ha traído el disco Rock and
Roll, de Tequila, que quiere que lo escuches, que te lo presta, y tú lo
recibes como ese tipo de obsequios que son tesoros cordiales y fanáticos, y se
lo agradeces y le dices lo escucho, lo grabo y te lo devuelvo, y ella sonríe, y
tú subes a casa, lo dejas en tu habitación, sobre tu cama, y vuelves a bajar
con tus amigos sabiendo que esa noche te espera un vendaval eléctrico y tan
vital como lo eres tú con tus quince años y tu vida por delante.
Las
cosas que pasan hoy no es ya una canción de Tequila.
Tequila
fueron el aldabonazo definitivo para que todo pudiera pasar. Led Zeppelin, Deep
Purple, Pink Floyd, todos aquellos maravillosos dinosaurios a los que no
lograron barrer los Sex Pistols ni Los Clash por más que el aire nuevo nos
trajera primero que nada a Tequila, y la Nueva Ola, y a Alaska y Los Pegamoides
y a Nacha Pop. Y a Loquillo, que cantaba estonoesHawaii…
Primero
los primeros, Asfalto, Triana y la juvenil rebelión esencial sin barricadas: Tequila
y la fresca fama. 1975-1982: la Transición y Tequila. Los Stones y huir de la
Argentina asesina: Tequila sustituyeron el franquismo con rocanrol. Tequila:
gracias por la nostalgia.
Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.