Cuando Roxy Music pudo con Manolo Escobar

Llevo varios días en la cabeza con aquello de cuando me compré una cinta de cassette en el bar Villa de Suances, o tal vez en lo de Varela, donde los periódicos, que está al lado, estaba, allí, en la plaza de Viares, que se llamaba en realidad del Generalísimo pero yo no lo sabía (ni nadie la decía así: plaza del Generalísimo). La cinta tenía canciones de varios artistas y grupos, que debían de ser de la misma compañía discográfica, digo yo (o de alguna corporación que pudiera distribuirlos en España en un grandes éxitos): Elton John, Abba, Roxy Music. Y no recuerdo más. Dónde moriría aquella cinta. Así sin interrogaciones. ¿Dónde? Busco ahora en internet algo de información sobre aquella grabación y nada, ni rastro. La canción de Elton John no recuerdo cuál era, pero la de ABBA y la de Roxy Music, un grupo que tardaría varios años en entrar de verdad en mi vida, esas dos canciones, sí las recuerdo. Eran, son, serán S.O.S y Love is the drug. Las dos suenan ahora, tanto tiempo después, majestuosas. Todavía.

Son canciones de 1975, la de ABBA salió como single en junio, la otra en septiembre, así que si la cinta era reciente yo debería tener doce años. Trece. Recuerdo que aquel verano, cuando la compré, veranearon en Suances con nosotros mis abuelos Ricardo e Isabel, los padres de mi padre. La canción de Elton John podría ser cualquiera de las que componían su elepé Captain Fantastic and the Brown Dirt Cowboy, alguna de las que salió en single, tal vez Someone saved my life tonight, aunque bien podría ser el pepinazo que estaba en el otro álbum que sacó ese año 75 (Rock of the Westies), me refiero a Island girl. Escucho ahora mismo una tras otras las dos canciones y no consigo identificarlas con la que sonaba en aquella cinta.

Pero mis abuelos paternos sí estaban allí en Suances aquel verano. Si no, menudo cuento sería este, parecería otro capítulo de aquel La música pop (y nosotros), o algo así.

Manolo Escobar fue uno de los representantes más populares de la copla en las décadas de 1960 y 1970, justo cuando el género estaba en su decadencia, justo cuando yo había comprado esa cinta, justo cuando Ricardo e Isabel veraneaban con nosotros en nuestra casa de Suances, en un verano de cuando Franco se iba a morir o en el que ya se había muerto. La canción más popular suya de por aquel entonces, de Manolo, no de mis abuelos, decía “con la cara lavada y recién peiná, recién peiná, recién peiná, niña de mis amores, qué guapa estás, qué guapa estás, que guapa estás”. No se puede decir que fuera un cantante de nanas, precisamente, pero para mi recién adquirido prurito de roquero en ciernes, aquel cantante representaba lo peor de lo peor. Era el Anticristo de una modernidad donde yo quería instalarme foreverandever. ¿Que qué pinta el del Porompompero en todo esto? Esa explicación que te debo te la voy a dar. Vaya que si te la voy a dar. Lo de las nanas…

Aunque las cancioncillas tan populares, purito franquismo sociológico, diríamos ahora, de Manolo Escobar no eran precisamente aburridas ni mucho menos adormecedoras, cuando mis abuelos Isabel y Ricardo me vieron tan contento nada más comprar aquella cinta con la canción de ABBA y la de los otros, incluso tararear musiquillas poperas, me preguntaron que si no prefería al de Que guapa estás antes que a todos esos melenudos chillones que empezaban a encandilarme (por culpa de su hijo pequeño, por cierto, mi tío Antonio, pero esa es otra historia). No tardé ni dos segundos en responderles.

Les dije que a mí Manolo Escobar lo que me producía era sueño y que lo que hacía yo era ponerme sus canciones para dormir la siesta. Una bravuconada que a ellos les hizo tanta gracia que desde entonces lo contaban cada vez que tenían ocasión estando yo delante. PuesnonosdiceJoséLuis(ese soy yo)queescuchaaManoloEscobarparadormirselasiesta.

Confieso. Mentí hace un rato. No había vuelto a escuchar las dos canciones de Elton John que podrían ser una de las que estaba en aquella cinta de varios artistas. Las estoy escuchando ahora… Era Island girl. Son mucho mejor la de ABBA y la de Roxy Music. Dónde van a parar. Y no tiene nada que ver que, incomprensiblemente, Elton John, ni entonces ni nunca, haya sido santo de mi devoción… Aunque me encantan (me encantan, me encantan. me encantan) algunas de sus canciones.

Un momento, ahora que caigo… Isabel y Ricardo habían entrado conmigo al Villa de Suances, ¿o fue donde Varela?, también estaban mis padres, alguien me dio entonces el dinero necesario para que yo pudiera comprar aquella cinta que imagino ya tenía yo detectada, aquella cinta de cassette que seguía o estaba allí por vez primera a mis ojos, en el expositor de cintas, muy común en aquellos tiempos en tantos bares y en las gasolineras o en algunos otros comercios. Había en él entre otras también una cinta de Manolo Escobar y mi abuelo me preguntó que porqué en vez de la que estaba dispuesto a llevarme no escogía la del español. A lo que yo le respondí…