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Cecilia canta Un millón de sueños

Un millón de sueños quiso llamarse Un millón de muertos, pero el tardofranquismo seguía siendo eso, franquismo y barbarie, y estuvo a punto de prohibir del todo (por la radio no podía escucharse) esta maravilla de canción española. Y muy española. Una canción de Cecilia que estaba en su segundo elepé, publicado en octubre de 1973, titulado Cecilia 2, el de Andar y otras joyas de naturaleza imperecedera.


La Guerra Civil española tiene su canción de gloria bendita, pura redención artística. Esa gloria redentora es lo que es Un millón de muertos, que dice así…

 

“Ahora vivo a costa de un millón de muertos. / Un millón de tumbas, un millón de espectros. / Ahora vivo a costa de un millón de cuerpos. / Un millón de sombras, un millón de sueños. / ¡Cuánta tumba! / Ya no hay tierra para cavar en ella. / Para dejar sin nombre tanto hombre. / ¡Cuántos nombres en la historia! / Son dueños de las glorias. / ¿Cuántos hombres cuestan las victorias? / Ahora vivo a costa de un millón de muertos. / Un millón de tumbas, un millón de espectros. / Ahora vivo a costa de un millón de cuerpos. / Un millón de sombras, un millón de sueños. / ¡Cuánta sangre se ha perdido! / Cuánto honor herido. / En estas guerras crueles sin laureles. / ¡Cuánta hambre se ha pasado! / Hambre por cada lado. / Hambre de paz, hambre de hombre honrado. / Ahora vivo a costa de un millón de muertos. / Un millón de tumbas, un millón de espectros. / Ahora vivo a costa de un millón de cuerpos. / Un millón de sombras, un millón de sueños. / ¡Cuántas lágrimas lloradas! / ¡Para lavar las llagas! / ¡Para olvidar los muertos con el tiempo! / ¡Cuántos ojos, cuántas caras! / ¡Cuántas vidas cortadas! / ¡Cuántas ilusiones enterradas! / Ahora vivo a costa de un millón de muertos. / Un millón de tumbas, un millón de espectros. / Ahora vivo a costa de un millón de cuerpos. / Un millón de sombras, un millón de sueños. / (De un millón de muertos) / (Un millón de tumbas) / (Un millón de espectros) / (De un millón de cuerpos) / (Un millón de sombras) / (Un millón de sueños) / (De un millón de cuerpos).”

 

Madrid era una ciudad de un millón de muertos desde que en 1944 Dámaso Alonso nos lo constatase en un poema (“de más de un millón de cadáveres”, para ser más exactos). Desde 1973 España es un país de un millón de muertos desde que Evangelina Sobredo Galanes nos lo cantase. Nos lo cantase tres años antes de estar muerta.

Cecilia 2 se grabó en la localidad madrileña de Alcorcón, concretamente en los estudios Kirios, a lo largo del verano de aquel 1973. Cecilia compuso todas las canciones y la producción corrió a cargo de José Luis de Carlos, en tanto que los arreglos musicales fueron obra de Pepe Nieto (como se conoce a veces a Ángel José Nieto González, tan importante en las carreras artísticas de Aguaviva o Vainica Doble, pero también en las de Nino Bravo o Julio Iglesias, por mencionar unos cuantos casos). De Carlos y Nieto habían contribuido, produciendo y arreglando, al histórico debut de Las Grecas ese mismo año (aquel Te estoy amando locamente).



 

En noviembre de aquel año, Cecilia hubo de comparecer ante el Tribunal de Orden Público para prestar declaración por la letra de Un millón de sueños, y tuvo la feliz idea de engañarlo diciendo que en ella de la guerra de la que se hablaba era de la de los Seis Días, aquella que seis años antes había vuelto a enfrentar a árabes e israelíes, cuando ella misma vivía en Jordania (siendo como era hija del embajador español José Ramón Sobredo y Rioboo).

 

“La canción Un millón de muertos era menos explícita que Una guerra, cara B del sencillo Tú y yo, editado poco antes de fallecer en un accidente de tráfico el 2 de agosto de 1976: “Una guerra pasó por esta tierra como una maldición, / dejando atrás su olor a muerte y destrucción”. Cecilia también grabó otro tema crítico con el militarismo, Soldadito de plomo, que finalmente no fue incluida en el disco Cecilia 2, ni tampoco pudo ver publicado en vida. “Soldadito de plomo / no es el colmo / que tengas que luchar / por un general de madera”, reza una letra antibelicista abierta a interpretaciones y lecturas, como sucede en buena parte de su obra”.

Henrique Mariño, en Público (1 de agosto de 2024)

 

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