Nameles (Sin Nombre) me deja sin palabras
El cómic de terror, ocultismo y ciencia-ficción Nameless, publicado por entregas en 2015, es obra del/la guionista británico/a Grant Morrison y el dibujante de la misma nacionalidad Chris Burnham (ayudados por el colorista Nathan Fairbairn y el rotulista Simon Bowland, además del diseñador Drew Gill y Rian Hugues, creador del logo). Yo lo he leído en la versión española, Nameless (Sin Nombre), dos años posterior, en un solo volumen, traducida por Raúl Sastre.
Morrison y Burnham, que ya habían
colaborado juntos en 2011 en un cómic de la serie Batman Incorporated, nos
lanzan a nuestro inadvertido conocimiento una obra muy confusa, apabullante, de
las que te cuesta levantar la mirada y dejar de leer y contemplar. Como dijera
Raúl Rodríguez Ramos en la web Tomos y Grapas:
“Venga,
vamos a fingir que la hemos entendido”.
O mejor no, confieso. No la he entendido, pero…
¿Nada es real? No
es muy en plan Star Wars (este cómic, no). “Algo que traerá terror y sabiduría”:
¿qué es humano?, ¿qué es humano?, ¿qué es humano? “El propósito de la creación
es darnos una lección de humildad y destruirnos”.
“La humanidad es
una enfermedad, un error malévolo”: ¿es Dios una forma de vida alienígena,
incorpórea habitando entre nosotros?
“¿Por qué en este
universo supuestamente nihilista y sin sentido algunos hayamos sentido allí
donde miramos?”
¿Qué es humano?, ¿qué
es humano?, ¿qué es humano?
La edición de Nameless que he leído acaba con una larguísima explicación a cargo de los autores, Morrison y Burnham, revelando de forma prolija algunas claves para entender lo que acabamos de leer y ver: me ahorro resumírtelas como me ahorré leérmelas.
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