Smiley es una excelente serie española de televisión que lo tiene todo: es graciosa, siendo como es una comedia, está bien escrita, muy bien filmada, dirigida con mucho tino y arte e interpretada maravillosamente. Una comedia para todos los públicos… Excepto para los inquebrantables homófobos.
Estrenada en 2022, Smiley dura un poco más de cuatro horas y media esparcidas entre sus ocho medidísimos capítulos de algo más de media hora y es una creación del dramaturgo Guillem Clua, que la ha escrito adaptando el guion de su primera obra de teatro, de título homónimo, estrenada en 2012.
Los capítulos de la serie han sido dirigidos
por David Martín Porras y Marta Pahissa, y cuenta con la música original
compuesta por Arnau Bataller, una luminosa fotografía a cargo de Pol Orpinell y
Hermes Marco, y unas interpretaciones de primer orden a cargo no solo de sus
dos brillantes protagonistas, Carlos Cuevas (para mí un grato
descubrimiento) y Miki Esparbé, sino de actores que descuellan
poderosamente, como el gran Pepón Nieto o Meritxell Calvo.
En su crítica para El País, titulada muy acertadamente “Smiley, el placer y el dolor del sexo”, Ángel S. Harguindey, la considera una “explosiva celebración de la LGTB”.
“Smiley es
real como la vida misma, a ti te encontré en la calle y no me devuelvas nada y
quédate conmigo. El resto es literatura”.
Para FilmAffinity está entre las 100 Mejores series españolas de todos los tiempos. Algo que, teniendo en cuenta la alta calidad de la cada vez más profusa producción de este tipo de arte cinematográfico, no es moco de pavo. Y es que Smiley es una comedia romántica que seguramente será considerada un clásico del género a poco que no la dejemos caer en el olvido. Algo tan habitual.
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