Cuando nací, en 1965, Carlos Tena ya trabajaba en Hablando de discos, de Radio Nacional. En los años 80, el suyo fue uno de los nombres que sonaba como “notarios” de la Movida (y de la música), junto con los de Jesús Ordovás, Diego A. Manrique, Paloma Chamorro, Patricia Godes, Lolo Rico, José Manuel Costa, el Mariscal Romero, Ángel Casas, Ramon Trecet, Julián Ruiz, el poliédrico Moncho Alpuente, Rafael Abitbol o el de los menos conocidos Juan Carlos De Laiglesia, Mario Armero o José Luis Moreno-Ruiz. O también Abellán, Fradejas, Uribarri, Nacho Dogan, José Luis Gallero, Carlos Ferrando, Gonzalo Garrido, Juan de Pablos, Paco de la Fuente, Sandra Milhaud y hasta el de Karmele Marchante.
Volviendo a Carlos Tena (que falleció el 13 de abril), lo conocí o
visualicé cuando lo expulsaron de televisión por una canción. Cosas así podían
ocurrir: quedarte sin trabajo porque a alguien no le gusta la letra de una
canción, por muy punk que fuera. Y hasta le pusieron (a él y a las cantantes)
una querella por supuesto delito de escándalo público. El fiscal de la Audiencia
Territorial de Madrid, a iniciativa de la Fiscalía General del Estado, pidió
cinco años de cárcel y diez de inhabilitación: dicen que “azuzados” por el ABC
y por Anson, según el propio Carlos Tena, y con los periódicos “rojos” El
País y Diario 16 en contra de todo lo que dijera ABC. Era
abril de 1983. En democracia. Una canción.
La segunda emisión del programa Caja de ritmos tuvo la culpa de
todo. Carlos Tena presentó al grupo punki femenino (de Bilbao) Las Vulpes. La
letra decía: “Me gusta ser una zorra. Prefiero masturbarme yo sola en mi cama,
antes que acostarme con quien me hable del mañana. Me gusta ser una zorra, me
gusta ser una zorra”. Y poco más. Eso en 1983 era delito. O quisieron que lo
fuera. Dos años antes alguien había intentado dar un golpe de Estado y la
Constitución tenía cinco años. Quisieron que esa canción (que en televisión vio
poquísima gente, pero a alguien interesó su posterior difusión) titulada Me
gusta ser una zorra fuera delito. Al final, tanto Carlos Tena como las
Vulpes (Loles Vázquez, Mamen Rodrigo, Begoña Astigarraga y Lupe Vázquez,
fallecida en 1993) salieron absueltos.
Pero este episodio no es lo más importante de la vida de Carlos Tena (del que leo que fue una buena persona, lo mejor y más inteligente que se puede ser en esta efímera vida): solo hay que ver su blog para entender un poco más su rebeldía, trayectoria y pensamiento vital.
Carlos Tena empezó a ser conocido por presentar Popgrama en TVE
desde 1977 hasta 1981. En 1983 se produjo el ya contado efímero paso por Caja
de ritmos. Luego presentó el concurso musical ¿Pop qué? (hay que
verlo vestido de macarra sentado en la silla de Emmanuelle) y luego otro
programa de música: A uan ba buluba balam bambú, entre 1985 y 1986.
También dirigió y presentó para la radio Para vosotros jóvenes, Clásicos
populares (1976), Discofrenia (1980), A la Luna, a las dos y a
las tres (1982) o En el aire (1983). Aparte de que también estuvo en
el televisivo y hoy tan reconocidísimo programa La bola de cristal.
Es imposible nombrar la música (el rock, el pop, el soul..., no solo la de
los años ochenta) sin que aparezca como uno de los imprescindibles el nombre de
Carlos Tena.
Y luego está lo de siempre: si eres de derechas o te pagan por serlo tienes
que hablar mal de Carlos Tena (aunque ni siquiera hayas visto su blog o sepas
que se fue a vivir a Cuba hace pocos años) y si no, lo contrario, sin entrar a
valorar (muchas veces) la gran labor de Carlos Tena en favor de la música, la
radio y la televisión. Y su fino humor, irónico, cínico y un tanto mordaz,
burlón a la par que “amigable”.
Pero esa es, también, otra historia. Quede esto en el recuerdo.
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