Le leo dos veces esto a Manuel Vázquez Montalbán, en un libro suyo sobre fútbol (un libro que, como todos sus ensayos, acaba por ser un libro sobre el Absoluto imposible): “lo peor que le puede ocurrir a un paranoico es que le persigan de verdad”. Lo dice, lo decía, lo dijo refiriéndose a la Cataluña del segundo milenio después de Cristo (o casi). Esta Cataluña, “la única metrópoli que desea independizarse de sus colonias”, como escribiera Wenceslao Fernández Flórez (algo que también recoge MVM en ese libro suyo sobre fútbol que estoy leyendo).
Hace pocos años escribí yo este HOMENAJE A CATALUÑA:
Era una reina muerta sobre un trono de esqueletos
inmersos en un
temporal de esquilachantes amotinados,
era un bramido de
hembra acérrimo en su voluntad de pueblo,
de heridos seres
por la historia, ese pasado de recovecos imaginados
y avatares
cósmicos repleto de cadáveres, de asfixiantes cadáveres,
era un estupor
blanco, aterido vencimiento de todas las letras,
las del nombre de
la patria y las de los intereses creados,
era una reina
muerta henchida de muerte oculta
por la maleza del
futuro y los planetas derruidos antes del grito último.
Y lo del Absoluto me recuerda que sobre el ABSOLUTO tengo también
algo escrito, mucho escrito… Versos de poemas como estos versos, por ejemplo:
Das con el detalle demasiado tarde,
DEMASIADO PESO EL DE LO ABSOLUTO,
el de la plenitud hipnótica,
ese abarrotar nuestros sentidos de la grandeza,
ese inundarnos de la belleza tan despiadado,
pero al final siempre reparas en lo sublime,
en esa brizna de rosa sin espinas casi oculta,
en la esencia de la cicatriz como una pestaña,
das con el detalle cuando ya eres casi ruina:
demasiado peso el de lo absoluto.
¿Qué hay detrás
del amor?
detrás del amor
está todo,
absolutamente
todo,
ES EL AMOR LO
ABSOLUTO,
repertorio y
elenco,
el sistema solar
donde se funde el
universo,
el vórtice exacto
de la plenitud.
Alguna vez,
sorprenderte:
esa ráfaga
eléctrica de dicha eficaz
donde se sostiene
el arte,
un propósito de
por vida,
la naturaleza
latente de lo humano,
UN PULSO CON LO
ABSOLUTO,
zarpazos al
escenario de la nada,
todo cuanto te
agiganta
y somete el mal a
lo precario.
Alguna vez,
sorprenderte,
llevar hasta tu
espíritu una luz,
un sonido
invisible y sereno,
aquello que no se
desvanecerá
jamás
aunque haya sido
una brizna,
un intervalo
tenue de tu tiempo,
un aullido de
amor.
LO ABSOLUTO Y EL
INTERVALO,
cuanto existe y
cuanto no fue
ni será ni está
ocurriendo,
cuanto tuvo lugar
y todo lo que es
imposible.
ÉRASE UNA VEZ LO
ABSOLUTO,
una caricia y la
memoria,
los abismos y los
dioses,
lo efímero, lo
eterno
y el amor como
acicate…
El calendario perpetuo
me encadena al tiempo,
AL ABSOLUTO,
al tiempo total de los totales
siglos,
de los totales segundos.
Lo que nunca fue y lo que nunca
sucederá,
lo que creemos que está siendo,
EL TIEMPO Y LO ABSOLUTO,
veneno y disparo,
canciones y poemas.
Hágase su voluntad
o mejor HAGAMOS COMO
SI NO EXISTIERA EN ABSOLUTO
EL ABSOLUTO
y no fuera más que la sonrisa
que ella bendice ahora mismo…
y ahora.
Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.