Escucharle al siglo XX su música

El “accesible e instructivo” El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música (The rest is noise: listening to the Twentieth Century, 2007), del crítico musical estadounidense Alex Ross, publicado en 2009 en España (en traducción de Luis Gago), es un libro que acaparó pronto un gran éxito de público y crítica. Ross “no es ni musicólogo ni crítico musical” —apuntaba en su artículo ‘Dichoso ruido’ el historiador de la cultura Ramón del Castillo (Revista de Libros, 1 de diciembre de 2019)—, pero “sabe de música un montón y bastante historia”. Se trata de “oír la historia a través de la música”, en este caso la historia del siglo XX:

“Ross no considera la historia musical como una disciplina autónoma –diría uno–, sino como una rama más de la historia cultural, una perspectiva desde la que contemplar una época. Se dice que el arte es imprescindible para la autocomprensión histórica, que no podemos entender el pasado sólo con informes y datos”.

A este respecto, lo que el propio Alex Ross dice en su libro es:

“Qué tiene que ver realmente la marcha de la historia con la música constituye el tema de un intenso debate. Sin embargo, articular la conexión entre la música y el mundo exterior sigue siendo endiabladamente difícil. El significado musical es vago, mutable y, en última instancia, profundamente personal. No obstante, aun cuando la historia no pueda nunca decirnos exactamente qué significa la música, ésta sí que puede decirnos algo sobre la historia”.

Entre las dos posibles líneas de análisis de lo que la música es, el crítico estadounidense no se inclina por ninguna, pues, al mismo tiempo que defiende que a la música sólo la explica la música, invita (en palabras de Del Castillo) “al común de los mortales a que se sirva de la música para entender el siglo. ¿Imita la música a la vida, o la vida a la música?

Del Castillo sitúa el ensayo de Ross:

“¿Alcanzado el clímax al que llegaron Wagner, Strauss y hasta Mahler, ¿lo demás fue ruido? Acabado el sublime mundo burgués y sus ironías, sus altos vuelos y sus parodias, ¿qué le restaba hacer a la música? ¿Por qué gran parte del público la consideró poco menos que ruido? […] Los públicos del siglo XX nunca consiguieron sacarse el ruido de los oídos. El ruido será perpetuo”.

Ruido. Mucho, mucho ruido. (Como en la espléndida canción de Sabina.):

“Donde quiera que estemos lo que oímos es fundamentalmente ruido. Cuando lo ignoramos, nos perturba, cuando lo escuchamos, nos resulta fascinante”.

Estas palabras de John Cage son citadas por Alex Ross. El ruido eterno sigue siendo uno de esos libros que he de leer.

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