Ella es una de aquellas personas que siempre ha creído que amor y lágrima eran palabras unidas por la urdimbre de las noches y los días milenarios. Hay cosas que acontecen por sí mismas , lo acaba de leer en las páginas de un libro donde el amor no termina de aparecer. O sí, ya lo ha hecho y ella no ha sabido verlo. El intenso olor a ausencia y martirio no desaparece en su alcoba. Recuerda sus recuerdos. Los olvidados también. Tal es la fuerza desoladora de la soledad. Pero al mismo tiempo hay una sonrisa que se resiste a llegar al rostro de ella. Y aterriza en él como una pluma. El amor tuvo instantes de pálida sensatez, orgullo y paz . También. A la primera lágrima le siguen las suficientes como para que detenga sus pensamientos y se mire de verdad a sí misma. Como lo que es, como lo que en ella queda de amor. El amor es un amargo poso sin caricias ni bocas cuando persiste en su presencia de despecho, de abandono, de desprecio, de casa hundida. El amor es lág...
Tengo siete libros publicados, también escribo mi segunda novela. Me gusta (mucho) Nacho Vegas, Jonathan Coe, Rodrigo Sorogoyen, MARGA y reírme. Dijeron que era un agitador cultural, pero lo que prefiero ver escrito sobre mí es eso, que soy un escritor. Ibáñez escribe.