En la playa de Chesil fue el título con
el que se estrenó en español la adaptación de la novela de Ian McEwan, titulada en su versión en español Chesil Beach, cuyo guion
escribió el propio narrador británico.
La película dirigida en 2017 por el director, también
británico, Dominic Cooke, se me hizo
larga pese a que el libro, la novela, es una pequeña joya que bien pude haberme
leído en una tarde de esas con ganas de leer. Número de páginas de la una: 192;
número de minutos de la otra, 110.
Muy bien interpretada por los actores Saoirse Ronan y Billy Howle, me pareció que En la playa de Chesil alargaba el argumento más allá de donde lo
llevaba la novela. Pero no me fío de mi memoria, así que prefiero considerar
que al verla lo que tal vez en la novela se acomodó a mis intenciones lectoras,
en el film resultó ser un parche innecesario. No sé.
Por cierto, sobre la novela escribí esto en Facebook al
leerla:
Hay momentos en la vida en los que lo mejor es no
hacer nada, quedarse quieto. Chesil Beach,
de Ian McEwan, es una obra maestra.
No porque uno aprenda que lo mejor en ocasiones es seguir adelante y dejar que
las cosas fluyan, sino porque es un monumento literario escrito sobre los años
en que todo estaba cambiando y sobre seres humanos que crecen mientras viven
sus vidas pobladas de memoria y no siempre de deseo.
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