-Tra, tra.
-Tra, ¿¡qué?!
-Mis cosas. Mi arte.
-Te pasas el día así: cocinando el mundo.
-¡Qué cosas dices¡
-Es que es verdad, ¡y esos bailes!
-¿Qué les pasa a mis bailes?
[Hablan un chico y una chica, aunque la chica más bien parece
actuar, cantando y bailando incluso cuando parece conversar. Voy a esperar a
que el chico diga el nombre de ella porque seguro que es una estrella en ciernes o algo. Bueno, en realidad yo sé quién es,
pero es para darle coba al relato y tenerte en ascuas un ratejo.]
-Nada, no les pasa nada.
-Tu mirá, esa de
ahora. No me gusta.
-¿Ya estamos?
-Déjalo, porque esto va a acabar malamente.
-Anda, cántate algo, pero de verdad. Y no me empieces con el flamenquito.
-Tra, tra.
-Eso, mejor eso. Voy a por el radiocassette de mi padre.
-Y a ver si aprendes a dar palmas.
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