Errar es humano, las erratas no existen


Las erratas eran aquellos errores introducidos en los libros cuando, en el proceso de componerlos, quien los componía introducía desperfectos que no se hallaban en el original, o transcribía mal aquello que el original no mostraba con absoluta calidad.

Lo digo porque a todos nos pasa que llamamos erratas a lo que son ERRORES, errores que habitualmente están en aquello que ha escrito el autor y ha entregado al editor en la seguridad de que este último va a reparar su impericia o su falta de cuidado o sencillamente su mala suerte al dejar pasar un error (ortotipográfico o factual), ERRORES que también habitualmente provienen de la manipulación a la cual, llevado por su deseo de mejorar aquello que se le ha entregado, el editor somete al mal llamado manuscrito entregado por quien aparecerá en la cubierta a todos los efectos como autor del texto que va a dar en ser impreso y probablemente vendido y quizás hasta leído por un lector o varios.

Por cierto, no te puedes hacer una idea de lo cansino que puede resultar editar los textos descuidados que más a menudo de lo que se cree (pongamos un 35% de las veces) se presentan para que sean publicados.

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