Cuando explicamos el pasado, los historiadores ponemos poco
énfasis en recordar que todo cuanto
contamos de cuanto ocurrió tuvo lugar mientras (la mayoría de) las mujeres limpiaban, cuidaban
la progenie y se ocupaban de que nadie pudiera tildarlas de deshonestas.
Algo así debí de haber escrito en los prefacios de mis
libros de Historia. Pero todavía estoy a tiempo de escribir lo siguiente en los
futuros para que nadie se llame a
andana:
"Lo que vas a leer a continuación, lector, aconteció mientras la mayoría de los seres humanos, de las mujeres hablo, de la casi totalidad de ellas, se ocupaban de todo lo que les permitiera a los varones ejercer cuanto tiene que ver con el poder verdadero, con el dominio cierto y con el ejercicio de la política en todas las formas en que la política ha querido ser la manera en que los humanos hemos establecido los acuerdos o las imposiciones sobre cómo podemos (con)vivir: ELLAS limpiaban nuestro entorno, cuidaban de nuestros vástagos y se ocupaban además de que se las tuviera por honorables, en un ámbito donde su papel estaba siempre supeditado a la autoridad de sus padres, de sus maridos… de sus hijos".
Ojalá, creo que sí, pronto los libros de Historia que analicen los tiempos que están por venir
no necesiten de este tipo de aclaraciones. Ojalá. Espero que sí, lo deseo.
Confío en ello.
Se agradece, compañero. Porque nuestra relación siempre debió de ser esa, la del compañerismo, y no la supeditación al varón y la función de reproducir la especie.
ResponderEliminar¡Ojalá! :)
ResponderEliminarAlmaLeonor