El Diccionario de lugares utópicos dirigido por el historiador español Juan Pro, aparecido en 2022 bajo la edición de Ramiro Domínguez (Sílex ediciones), es ya un monumental recurso para comprender sobradamente lo utópico.
Juan Pro, coordinador del grupo de estudio HISTOPÍA, del que procede finalmente la esencia de este volumen, es ya uno de los más destacados historiadores españoles que, como reputado contemporaneísta, había publicado en 2019 otro libro imprescindible: La construcción del Estado en España: una historia del siglo XIX.
Pro explica, en la introducción al enciclopédico hito historiográfico del
que quiero hablar ahora, qué debemos entender por utópico:
“Lo utópico es ese impulso que lleva
a no conformarse con el orden establecido e intentar superarlo mirando lejos,
hacia un horizonte que, partiendo de la crítica de lo que hay, apunte con
esperanza a lo que todavía no hay”.
La extraordinaria importancia que tiene el estudio histórico de las utopías
radica en el hecho de que “la fe en el progreso, la confianza en que era
posible concebir utopías y realizarlas en mayor o en menor medida ha sido el
motor de la historia en Occidente a lo largo de más de cinco siglos”.
El concepto de utopía es tratado aquí desde una perspectiva amplísima y contiene un ámbito enorme cuyo profundo estudio, el de los 38 autores de las voces de este diccionario prolífico (compuesto por nada más y nada menos que por 379 entradas de diversa extensión pero nunca simples líneas para salir del paso), facilita el conocimiento de algo a menudo abigarrado y contradictorio. Sin renunciar al análisis asimismo de las llamadas distopías, que si no son parte del mundo de la utopía sí que son “un grado de la misma”.
Si hay algo que es común a todas las utopías ese algo es que cada utopía
está relacionada con un lugar… De ahí que lo que ordene este diccionario no
sean las propias utopías (o las distopías, en su caso), sino los sitios donde ocurren.
Los lugares utópicos. Ello está motivado, el estudio de los lugares
utópicos, no solamente de las utopías, porque permite “dejar de considerar a
las utopías como abstracciones irrealizables y mostrar, en cambio, que su
historia está hecha de ensayos, de experiencias, de realizaciones, de propuestas
que se concretan, de lugares que se pueden evocar, recorrer, visitar y
recordar”.
Se saca a la utopía del terreno de la fantasía y se la “inscribe en el
centro del relato de la historia de la humanidad”. El rechazo a la
contraposición entre utopía, en tanto que “expresión de las aspiraciones de
grupos concretos”, y realidad le lleva al director de este diccionario a
considerar que “las utopías son reales, forman parte de la realidad”.
La razón por la que se pretende aquí reconstruir la tradición histórica de
la utopía, de los lugares utópicos, mostrando cuanto ha aportado a nuestras
sociedades es “seguir ofreciendo esta chispa de creatividad e innovación como
impulso para avanzar”.
Aunque el objeto de cualquier diccionario es tenerlo a mano para consultarlo
según se necesite o se desee, yo he leído ya muchas de las 379 de sus voces
(unas cincuenta) para comprobar de primera mano su categoría, utilidad e
interés genuino.
Acampadasol, América, Arcadia, Atlántida, Avalón, Aztlán, Canudos, Cíbola, Ciudad de las Damas, Ciudad del Sol, Eldorado, Europa, Falansterio, Fuente de la Eterna Juventud, Gilead, Icaria, Okupa, Planeta de los Simios, Reducciones del Paraguay, Tawantinsuyu, Tierra Austral, Isla de la Tortuga, Tule, Xanadú… Y, por supuesto, Utopía (la isla imaginada por Tomás Moro que da nombre a este ámbito de conocimiento, o de desconocimiento, según).
Algunos de los autores de las entradas de Diccionario de lugares utópicos son Nere Besabe, Laura Fernández Cordero, Carlos Ferrera Cuesta, Hugo García Fernández, Andrew Ginger, Jesús Izquierdo Martín, Diana Q. Palardy, Horacio Tarcus, por supuesto Juan Pro…



Hola me gustaría saber como adquirir el Diccionario de Lugares Utópicos.
ResponderEliminarSi acudes a una librería y lo pides, ellos te lo consiguen. El mejor sitio para comprar un libro: una librería.
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