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The Smiths


Dennis Lehane creó hace unas décadas una serie de novela negra protagonizada por los investigadores privados Patrick Kenzie y Angie Gennaro. En la primera de esas novelas (la primera de Lehane, en realidad), Un trago antes de la guerra (publicada en 1994), Patrick se sube al coche de Angie y echa un vistazo a “la pila de cintas” que ella lleva en él, “intentando encontrar a un grupo del que hubiese oído hablar”:

 

“Música nueva, intuyo, es lo que hacen esos grupos que ella escucha. Grupos que atienden por Depeche Mode o The Smiths y que a mí me suenan todos iguales: como una pandilla de chicos británicos, flacuchos y raritos, pasados de drogas. Cuando empezaron, los Stones también eran una pandilla de chicos británicos flacuchos y raritos, pero nunca sonaron como si fueran pasados de vueltas. Aunque lo estuvieran.”.

 


The Smiths: 1982-1987; Morrissey (vocalista), Johnny Marr (guitarrista), Andy Rourke (bajista) y Mike Joyce (batería). En mi libro La música (pop) y nosotros hablo de ellos. Algo mejor que Patrick Kenzie.

Para la indispensable música de las islas Británicas, los años 80 del siglo pasado son especialmente los del estallido de bandas magníficas de largo aliento como U2 (en realidad irlandeses), The Smiths, The Waterboys o Simple Minds.


The Smiths, uno de los grandes héroes de la década de 1980. Los Smiths y su mundo, “
un mundo marcado por la personalidad de su cantante y principal compositor, Morrissey, cuyas cuidadas y exquisitas letras reflejaban un mundo interior complejo e incluso torturado”, como nos cuenta José Luis Zapatero en su excelente El tiempo en 50 canciones. The Smiths y la voz y los versos de Morrissey, inquietantes y tiernos a la vez, como fascinante es la guitarra de Johnny Marr en sus canciones memorables. Escribe Zapatero:

 

“Los Smiths procedían de Manchester, cuna de grandes grupos (Buzzcocks, Joy Division…) que posteriormente —desde finales de los ochenta— daría lugar al afamado Sonido Manchester en torno a la compañía discográfica Factory y al club Hacienda, con bandas como los Happy Mondays o los Stone Roses. Esta ciudad del norte de Inglaterra fea e industrial se consolidó como uno de los centros neurálgicos del país en lo que a música se refiere. Morrissey odiaba la arquetípica imagen roquera de macho rebosante de testosterona (quizá por ello era fan de los New York Dolls), y desde el principio ofreció un aspecto sexualmente ambiguo”.

 

La tristeza salida del pensamiento y la voz de Morrissey, la amargura brotando de la guitarra de Johnny Marr. The Smiths, a quienes disfruté en directo el 18 de mayo de 1985 en el parque madrileño del Oeste.

 

“La firma Morrissey-Marr tenía la sonoridad de una edad de oro ya perdida (Leiber-Stoller, Goffin-King, Lennon-McCartney) y sugería las posibilidades de una completamente nueva”.

Bob Stanley: Yeah! Yeah! Yeah! La historia del pop

 

 

Dedico en Facebook una canción de The Smiths (Ask) a quienes se pasan la vida haciéndose preguntas, analizando cada respiración o cada palabra, cada estímulo, olvidando que la vida no era eso, la vida es impulso, intuición y viaje, piruetas y ruido, desperfectos y titubeo, decisión emocionante, augurios insospechados, caricias y descuidos, la vida es amagar, segundos en cascada, la vida no es casi nunca reflexión y desperdicios, la vida no son sólo los sentimientos.


Un estampido violeta se ciñe al mundo, y nadie te espera ya, nunca más habrá quien te invente, quien idealice un instante de vértebras y lo convierta en la natividad de un dios, nadie sabría qué decirte si vinieras ahora mismo a apaciguarnos o a limpiar nuestras arterias, nadie como tú podrá ya hipnotizar a las alimañas ni nadie entretendrá a las montañas para que no sean seísmo y geología de sangre: un alarido de piedra embiste los horizontes ahora mismo, justo cuando escucho a Morrissey retorcidamente atávico.

 

Dormida: sólo el cielo puede saber lo miserable que me siento, te parezca o no pronto este instante, no nos hundimos en el pánico porque hemos dado comienzo a algo que no sabemos cuándo acabará.

Asustada: si la reina ha muerto y esa broma ha dejado de ser divertida, tú siempre podrás conocer a alguien que te amará verdaderamente. Tal vez a este hombre encantador. No creas que no te lo mereces: ahora sí.


Anoche soñé que alguien me amaba. Menos mal que hay una luz que nunca se apaga, una luz que hace de mí algo más que un hombre: una luz que me rescata de entre los muertos una y otra vez, cada vez que pido ayuda. Mientras bailemos alrededor de la fuente, esa luz que no me dejará caer. Hay una luz que nunca se apaga, un descanso en las nubes… ¿O es llegado el momento en que todo se acabó, ahora que la noche cierra mis ojos? Deténme si crees que esto ya lo has oído antes. Y pídeme lo que quieras. Aunque sea amor.

Pero no olvides las canciones que te hicieron llorar ni las canciones que te salvaron la vida.

Comentarios

  1. Suede fueron muy grandes en los 90

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    1. Sin lugar a dudas. https://joseluisibanezsalas.blogspot.com/2020/12/do-you-remember-britpop.html Y los Beatles en los 60. Y la Creedence en los 70...

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