Gracias Bob Pop por tu Maricón perdido
Los seis breves episodios de la serie española de televisión Maricón perdido son una pequeña gran maravilla cinematográfica.
Estrenada en este Segundo Año de la Gran Pandemia, 2021, Maricón perdido
es una obra de autoficción basada en la propia vida de su creador y guionista,
un brillante Bob Pop (sobrenombre por el que es conocido el escritor Roberto
Enríquez), magníficamente dirigida en sus cerca de180 minutos por Alejandro Marín,
que aprovecha la fotografía de Andreu Ortoll y un buenísimo reparto encabezado
por dos actores cargados de futuro, Carlos González y Gabriel Sánchez (que
interpretan el personaje real del propio Bob Pop en su adolescencia y
juventud, respectivamente), en el que destacan Candela Peña, Alba Flores y Miguel
Rellán.
Estoy absolutamente de acuerdo con las palabras de los críticos cinematográficos que cito a continuación.
"Se mezcla
la luz y la oscuridad, la alegría y la soledad (...) si por algo destaca es por
su ternura. No importa la cantidad de temas espinosos que se cuenten, porque no
hay en su lectura ningún tipo ni de victimismo ni de cinismo"
Beatriz Martínez: El Periódico
"Cuando se
cuenta una historia desde la resiliencia, con mucho corazón pero sin paños
calientes, con amor… y a todo esto se le suma un universo propio tan mágico
como evocador, el resultado no puede ser más que una auténtica joya."
Juan Silvestre: Fotogramas
Tengo que decir, no obstante, que aunque finalmente me emocionó la serie en
su conjunto, lo hizo a medida que avanzaba yo adentrándome en ella, en sus
capítulos, y no fue sino a partir del tercero en que reparé en la alta calidad
expresiva, vitalista y arriesgada de Maricón perdido, hasta entonces
lastrada, entre otras cosas, pero sobre todo, por mi manera de mirar el
significativo y aparentemente cómico papel de Candela Peña como madre del
narrador, del guionista, del alma mater de esta maravillosa conmoción
artística. Una obra que nos muestra artísticamente, cinematográficamente, bajo
el formato de serie televisiva, la experiencia vital de su creador, la
experiencia gay, que no homosexual: a él esta palabra le suena a
diagnóstico, y la otra a actitud y ser.
En Maricón perdido, Bob Pop hace de su vida algo grande. Porque lo es.
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