El cómic del Nuestra Señora de las Mercedes
Acabo de leer el trepidante
cómic El tesoro del Cisne Negro, publicado en 2018 por Astiberri,
escrito por Guillermo Corral van Damme y dibujado por Paco Roca,
donde con el estilo narrativo y visual inconfundible de este último se nos cuenta
la historia del mayor expolio cultural del pasado al que se hayan enfrentado
jamás los gobiernos españoles, aquél que cometieron en 2007 los cazatesoros de
Odyssey Marine Exploration en el pecio de la fragata Nuestra Señora de las
Mercedes, un asunto que coleó hasta que en 2012…
El barco Nuestra Señora
de las Mercedes fue botado en 1786 por la Armada española como parte
del convoy que surcaba la muy amenazada (por los británicos) ruta comercial
entre las colonias americanas y la metrópoli peninsular. Proveniente del puerto
limeño de El Callao, la fragata, capitaneada por el comandante José Manuel de
Goicoa y Labart, iba cargada entre otros productos de oro y plata (mucho oro,
mucha plata) y arribó en Montevideo el 9 de agosto de 1804. Dos meses después,
el 5 de octubre, fue hundida (con toda su tripulación y viajeros y carga) en la
costa portuguesa del Algarve sin declaración de hostilidades por barcos
ingleses en la llamada batalla del cabo de Santa María, lo que significó
la reanudación de la guerra entre Inglaterra y España.
En 2007, Guillermo Corral era
agregado cultural en Washington y conoció de primera mano el asunto del expolio
y de la actuación española para recuperar todo. Más tarde, ya como director
general en el Ministerio de Cultura, vivió las últimas etapas del peliagudo
asunto. Cuando le contó todo aquello a Roca, el fabuloso historietista quedó
prendado de esa historia y decidió llevarla a un cómic con toda la posible verdad
que fuera capaz, sin envolverla en romanticismo aventurero alguno, como en un
principio pretendió Corral. Roca asegura que mientras “Guillermo buscaba el
Tintín y la aventura”, él es más partidario de otro tipo de visión porque
viene “de intentar buscar nuevos caminos al cómic, de alejarme de los
clichés de la aventura y explorar el camino de la no ficción o el máximo
realismo posible”. Al final, ambos fueron capaces de encontrar “un punto de
encuentro en la mitad del camino entre la aventura y el realismo”: y eso es El
tesoro del Cisne Negro.
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