Toda la espléndida memoria bañada en deseo avanza decidida hacia el porvenir. Cuando el pasado resplandece en su languidez de abandono y futuro que ya fue. Cuando en los días del ayer las noches se desnudan para el futuro de su oscuridad. Cuando de cada instante repetido a lo largo del tiempo se desprende la eternidad. Toda la fuerza de la razón humana decide una y otra vez comprender aquella sinrazón. Cuando el ser humano quiere conocer su historia y el deseo enciende una luz azul capaz de confundir a la memoria con las añagazas del estropicio y la complacencia. Cuando miramos aquello que habíamos olvidado casi completamente con los ojos de los muertos aposentados bajo nuestras dormidas esperanzas, la magia y la biología. Toda la vida de las vidas atrapadas en el pasado permanece quieta sobre la nada.
Tengo siete libros publicados, también escribo mi segunda novela. Me gusta (mucho) Nacho Vegas, Jonathan Coe, Rodrigo Sorogoyen, MARGA y reírme. Dijeron que era un agitador cultural, pero lo que prefiero ver escrito sobre mí es eso, que soy un escritor. Ibáñez escribe.