La segunda temporada de la serie española de televisión Muertos S.L. se hace corta. Estrenada a comienzos de 2025, compuesta por únicamente seis capítulos de una media hora de duración cada uno, mantengo la misma opinión de Raquel Hernández Luján en Hobby Consolas: “va de menos a más, los tres últimos capítulos son de lo más divertido que se ha alumbrado últimamente en la ficción nacional”. Y a mí, ya digo, se me ha hecho corta, por no hablar de que acaba interrumpidamente porque imagino que habrá una, ojalá, tercera temporada. Espero que pronto.
Nuevamente, al bien traído guion (escrito por Alberto Caballero, Daniel Deorador, Julián Sastre y Nando Abad) y a la divertidamente nerviosa dirección de la serie (a cargo de Laura Caballero), en esta segunda temporada lo que raya a una altura descomunal, quizás más aún que en la primera entrega, son las interpretaciones de TODOS sus actores y actrices: comenzando por Carlos Areces y Roque Ruíz, brillantes en cada escena, graciosamente llenos de la verdad propia de la comedia (la más difícil), y siguiendo especialmente con los aquí (como suelen) fabulosos Salva Reina, Aitziber Garmendia, Adriana Torrebejano, Diego Martín y Gerald B. Filmore, y con Ascen López, Amaia Salamanca, Lorea Inxausti y Manolo Cal, todos sensacionales.
Hay quien ve en ella (se refería a su
primera temporada, sobre la que yo escribí ya) “un posible y divertido homenaje a Berlanga”
(Ángel S. Harguindey en El País). Yo, como dije de su primera temporada, considero
que Muertos
S.L. sigue
siendo sofisticadamente popular.
Larga vida a Funeraria Torregrosa.
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