Será por dinero es la primera novela del editor, traductor y escritor español Ishmael Kavalier.
“Qué nombre más raro… Coslada.
¿Tú crees que significará algo?”
La localidad madrileña de Coslada es la verdadera protagonista de
esta novela publicada en 2021, pues, siendo como es su ámbito, es además, por
el afán literario del autor de Será por dinero, el vórtice magnífico
sobre el cual, en el cual, bajo el cual, todos los personajes de la novela
luchan, pretenden ser respetados o temidos, intentan amar y ser amados o
simplemente ejercitan su condición de humanos en un tiempo. En un lugar.
“Mientras Alfredo conducía, Darío
miraba por la ventanilla hacia los descampados y las escombreras, más allá del
límite urbanizado de la ciudad. Cuando las luces de las farolas y los coches
tocan apenas su superficie, la oscuridad se retrae como un animal temeroso. El
campo yermo que separa Coslada de Madrid es una criatura que vive sus últimos
años de libertad”.
Algunas preguntas surgen leyendo este libro. Por ejemplo: ¿es la violencia
más humana que su control? Pero no es este un volumen para indagar en la
naturaleza humana sino para sentirla, para escucharla, para vivirla como
se viven en las obras de arte literario las vicisitudes de las personas de
carne y hueso forjadas por la imaginación de los buenos escritores. Y Ishmael
Kavalier, lo es.
“El orden de Coslada es más evidente
y puro ahora que ha llegado la noche, cuando sólo la cruzan algunas parejas
jóvenes, sin hogar común, que se acompañan a los portales; quienes tras el
turno de tarde conducen cansados de vuelta a sus casas; los rumanos que matan
el tiempo en calles que por fin son suyas, solo suyas, espejismo de pueblos y
ciudades perdidos.
A esas horas aún decentes en que las
madres todavía no reciben con un reproche en los labios apretados a sus hijos
al abrir la puerta de casa, los ancianos ya han desaparecido de sus bancos y
plazas, como si hubiera algo en la noche de las ciudades que quienes vinieron
del campo temen y evitan”.
Más preguntas: ¿cuánto de verdad, de realidad extraliteraria hay en esta
ficción tan literaria? ¿Cuánto hay de inspiración, cuanto de artificio
literario y cuánto de lo que se sabe, de lo que Kavalier sabe, de lo que se nos
cuenta en esta novela sobre la corrupción en una ciudad cercana a Madrid? Estas
se las hago a él directamente. Y el autor de Será por dinero me dice:
La novela tiene como punto de
partida un hecho: yo crecí en Coslada y vi cómo pasaba de pueblo a ciudad con
ínfulas. Hay además otras inspiraciones, como aquella famosa (y fallida)
Operación Bloque, que generó muchos titulares, pero pocas condenas en firme pese
a la gravedad de los hechos y la abundancia de pruebas. Conocía a bastantes de
aquellos policías locales de Coslada, acusados de corrupción. Digo acusados,
porque en mi opinión solo una chapuza en la instrucción y la lentitud del
sistema judicial les permitió irse de rositas.
Se daba el caso de que conocía a las
familias de varios de aquellos policías. Eran, como mis padres, gente venida
del campo, con una ética del trabajo y unos valores férreos. Sus hijos, ah,
eran ya otra cosa. Esas transformaciones, de pueblo en ciudad, de gente moral a
inmoral, la llegada de población rumana inmigrante, la delincuencia y la
corrupción en torno al sector inmobiliario, todo eso son hechos reales. De
ellos me serví para contar una historia. Pero luego me tomé todas las
libertades. No quería convertir a aquellos policías patanes en protagonistas de
nada. Yo quería contar una historia y ellos no me interesaban. Me interesaba
una historia que no fuera de Coslada, sino de cualquier ciudad de España.
Será por dinero va de “ensuciarse demasiado”, nos
cuenta una historia sobre lo que estamos dispuestos a soportar cuando se tienen
dudas sobre la utilidad, sobre lo moral de la honestidad. De la honestidad de
uno mismo. Ensuciarse demasiado.
“Hay algo insolentemente
vulgar en esa mezcla de miedo y euforia”.
Seguimos conversando el autor y yo. Le pido ahora que me hable de Coslada:
Crecí en Coslada, como decía, y
recuerdo el shock que sentí un día en clase en el instituto cuando mi profesor
de Geografía se refirió a ella como “una ciudad”. ¿Ciudad?, me dije yo. ¿Pero
qué es una ciudad? ¿Cómo puede nadie llamar ciudad a Coslada? Y es que yo no
veía la ciudad sino la vida de barrios, la gente de pueblo que bajaba a los
bares a echar la partida después del trabajo. Coslada se empezó a convertir en
ciudad sin que yo me diera cuenta. Coslada fue el refugio de una generación
como la de mis padres, chavales llegados de pueblos en busca de una vida mejor.
Y la encontraron.
Coslada cambió, claro, en gran
medida por el boom de la construcción, pero también porque de pronto la gente
ya buscaba algo más. La gente de mi edad no veía Coslada como sus padres. Los
sueños de mi generación no eran los humildes sueños de nuestros padres. He
intentado reflejar todo eso en la novela.
[…]
La realidad y el riesgo. Continúa el autor de Será por dinero:
El riesgo de creer que sobre todo
hay que escribir sobre la realidad es dar por sentado que se sabe cuál es esa
realidad. Y no es tan evidente. Además, puedes escribir un tostón en el que
pontificas y aburres. Y una historia creo que ha de ser palpitante, como dices.
Me encanta el género negro, cosas como Los amigos de Eddie Coyle o El
sindicato de policía yiddish. Por eso quise también que Será por dinero
palpitara con la urgencia oscura de esas novelas.
La urgencia oscura de las novelas. Me gusta.
No me resisto a preguntarle cuál es su truco para hacer hablar así a sus
personajes y escribir esos diálogos tan chispeantes, tan certeros, tan
creíbles, tan rítmicamente verídicos. Y tengo la respuesta. Esta:
Albert Camus es uno de los
escritores que más me ha influido en mi vida (no tanto en la escritura). En una
obrita suya, El verano, hablaba de Orán, donde creció él, y de
los ambientes en los que se encontraban los aficionados al boxeo, los jugadores
de póker, los bares. Eran lugares sin ninguna pretensión. Habla de ellos con un
profundo amor, y dice que hay una grandeza que no se presta a la elevación. Eso
mismo encontré yo en los bares, primero en los de Coslada. Cuánta grandeza y
cuánta vulgaridad, pero al final, ha sido en los bares donde he tenido muchas
de las mejores conversaciones de mi vida. Y en ellos no solo he hablado,
también he escuchado mucho. Con los años, cada vez hablo menos y escucho más, o
eso quiero creer. Y así se aprende mucho.
Finalizo. Tiene razón uno de los personajes, la mujer del jefe de Policía
cosladeño (impecable el perfil literario de Morales, por cierto) cuando le
reprocha a su marido que no son las calles las que enseñaron a su hijo, porque…
“el chico que las pisó era el que yo crie: cada chico pisa una calle distinta”.
Y Morales intenta abrazar a Mónica, pero ella le dice mirándole a los ojos: “esas
calles de mierda son más mías que tuyas”.
“Saber que se acercan
tiempos mejores, pero mejores para quién”.
Este texto pertenece a mi artículo ‘Coslada y la
urgencia oscura de las novelas’, publicado el 28 de enero de 2023 en Nueva
Tribuna, que puedes leer completo EN ESTE ENLACE.
BONUS TRACK
Será por dinero, una novela en la que, además, suenan
dos canciones magníficas de nuestro tiempo: Brillar y brillar, de
Loquillo; y Thunder Road, de Bruce Springsteen.
Es esta una ciudad llena de perdedores
y yo me voy de aquí para ganar
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