Escribiría una canción para ti, pero me falta la música: no la encuentro, espera… tal vez esté llegando. No, ha pasado de largo [qué dolor cuando algo que esperabas pasa de largo: es un bienvenidomistermarshalianismo desquiciante]. La escribiría sí, pero la letra se me está resbalando: de hecho, no sé ni quién eres y eso no ayuda, pero sí, la escribiría, tendría la palabra silencio y olería a carmín y a hierba recién segada, sonarían mares y distancia, su ritmo iría de aquí para allá, como resbalándose, en ese suave balanceo de lo insinuante. Escribiría una canción para ti, en cuanto que sepa quién eres, aunque ya lo sé: también sé que la canción tendría un estribillo atmosférico de esos que envuelven y ensimisman y disparatan, todo a la vez, un estribillo salvaje en su delicadeza de ojos cerrados, tendría la canción mucho viento, mucho vendaval y mucha calma, todo ensamblado, y sería una delicia escucharla, contemplarte a ti escuchándola...
Tengo siete libros publicados, también escribo mi segunda novela. Me gusta (mucho) Nacho Vegas, Jonathan Coe, Rodrigo Sorogoyen, MARGA y reírme. Dijeron que era un agitador cultural, pero lo que prefiero ver escrito sobre mí es eso, que soy un escritor. Ibáñez escribe.