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Amy Winehouse

Una vez, en Facebook, hablando sobre el entonces fenómeno Rosalía, al hilo de todo ello, me dijo mi amigo el escritor Eduardo Laporte: "Yo era del grupo de los megadignos con fenómenos como el de Amy Winehouse, que presencié desde mi barrera de la soberbia. Salía tanto en los medios que pensaba que por fuerza debía de ser margaritas para los cerdos. Cuando murió, me di cuenta de cuan equivocado y emprejuiciado estaba. Elvis también salía mucho en los medios..." Lo que yo le dije fue que a mí con Amy me pasó algo parecido, pero sin embargo había escuchado sus dos discos oficiales docenas de veces. Nunca me amparé en el ¿quiénseráesaniñadeloscojones?


La británica Amy Winehouse adquirió unas dimensiones estratosféricas de reconocimiento popular y profesional, tales que, por ejemplo, en el libro Ellas cantan, Ellas hablan, escrito por Toni Castarnado y publicado en 2019 por Sílex ediciones, donde el autor entrevista a más de cien significativas mujeres dedicadas a la música (de Mavis Staples y Ronnie Spector a Jorja Smith, de Maria del Mar Bonet a Andrea Motis o Núria Graham), la artista fallecida en 2011 (…a los 27 años) es la segunda más veces citada por las entrevistadas, detrás de Billie Holiday y seguida de Joni Mitchell (Nina Simone es la cuarta).

Precisamente es la estadounidense Ronnie Spector una de las artistas que habla en el libro de Castarnado sobre Amy (llegó a grabar una versión de su canción Back to black), de la cual, aunque no llegó a conocer en persona, dijo que cada vez que iba a Londres veía a su madre Janice:

 

“Amy era mi heroína, le gustaba vestirse como yo, moverse como yo. Su madre me lo dice cada vez que hablamos. Hay mucha gente que muere, pero ella… ¡no, por favor! La primera vez que la vi me recordó a cuando yo estaba en California en los setenta. Entonces yo conocía pocas cosas, no tantas como Amy, no tenía tantos referentes, lo cual era una suerte. Vi una actuación suya en una radio en la que había una foto nuestra, de las Ronettes. Me encantó”.

 

La cantante del grupo español Morgan (Carolina de Juan, más conocida como Nina) adora a Amy:

 

“Desde luego creo que es difícil que personas como ella salgan de debajo de las piedras, son puros genios de la música. Pero bueno, cada generación tiene sus iconos, siempre hay alguien a quien admirar y del que aprender. Aunque eso no quita para que no la echemos de menos, claro”.

 

La también británica Jorja Smith ha admitido su evidente afinidad con Amy Winehouse. Le cuenta al autor que Amy falleció cuando ella tenía catorce años: “tenía muchos problemas con las drogas, pero entonces no me di cuenta de lo mucho que estaba en las noticias, no entendía nada de eso, era demasiado joven e inocente. Yo seguía escuchando y disfrutando de su voz y de su música… Realmente no me importa si fue o no un modelo de conducta o si solamente se acabó convirtiendo en una celebridad por encima de su música. Para eso, ya tengo a mi papá y a mi mamá”. A la pregunta de si la molesta que la comparen con Amy, Smith responde que lo que encontró en ella “es a alguien real, podías creer todo lo que cantaba, así que espero que la comparación sea también porque, cuando la gente escucha mi música, también la ve real”.

La cantante y compositora georgiana, nacionalizada británica, Katie Melua le decía a Castarnado en 2008 (tres años antes del fallecimiento de Amy) que “la mujer tiene más presencia en la sociedad; musicalmente, hay más nombres, últimamente algunas con mucho peso como Amy Winehouse o Kate Nash, mujeres que se salen del estereotipo; pero en los ochenta también estaba Annie Lennox, y en los setenta Patti Smith y Joni Mitchell, y en los cincuenta Billie Holiday.

La cantante francesa Asa explicaba (también en 2008) que lo que le fascinaba de Amy era “su voz, el tratamiento tan sesenta de su música, pero me da miedo que acabe destrozada por el entorno, por la presión”. Vaya que si lo hizo Amy: acabar destrozada.

 

Amy se apagó cuando quiso

la vida que no pudo tener,

justo antes de ser lo que no supo,

mientras la música sonaba

como un dulce réquiem,

como un relámpago juvenil.

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