El 47
¿Para qué sirve el cine? ¿Existen los héroes? Me hago estas dos preguntas después de haber contemplado una buena película que vale más por lo que es que por lo que quiere ser. Y me explico. Eso escribí aquí del segundo largometraje dirigido por el cineasta español Marcel Barrena, titulado Mediterráneo. Pues bien, El 47, el tercero de Barrena, es asimismo una buena película. Una buena película sobre un héroe, en este caso un héroe de la clase obrera, también un protagonista de la realidad española, esta vez del segundo franquismo y los albores de la Transición: el conductor de autobuses urbanos Manolo Vital, interpretado magníficamente (como era de esperar) por el siempre superlativo Eduard Fernández.
Las casi dos horas de duración de la
película española El 47, estrenada en
2024, se sitúa en FilmAffinity (creo
que algo exageradamente) como la sexta mejor película de ese año y como la
número 33 de las mejores películas españolas de siempre.
Este drama social basado en hechos reales (la actuación cívica de un movimiento vecinal de los suburbios de la ciudad Barcelona que la transformó desde finales de la década de 1970), fotografiado por Isaac Vila, fue escrito de manera excelente por el propio Barrena y Alberto Marini, y, junto a la de Fernández, la interpretación de una sensacional Clara Segura raya a una altura sobresaliente, ambos muy bien acompañados por la joven Zoe Bonafonte, Salva Reina y Vicente Romero, principalmente.
“El 47 cumple su amable objetivo, [lo
cual] se debe principalmente al descubrimiento de su personaje central y a su
actor principal”.
Elsa
Fernández-Santos (El País)
Fernández-Santos no es la única crítica cinematográfica que elogia la actuación de Eduard Fernández, también (en La Razón) lo hace Carmen L. Lobo (para quien él es lo mejor de una película “a veces costumbrista, otras un poco melodramática”), Luis Martínez en El Mundo (que tacha de “descomunal” su actuación)...
En suma, El 47 es, para mí, como escribiera Desirée de Fez en El
Periódico “cine de denuncia amable y
eficaz” que “funciona en esa claridad y esa apuesta por la emoción sin
disfraz”, aunque “se echa de menos una recreación de la época menos rígida”.
Philipp
Engel se me adelantó en La
Vanguardia cuando dejó dicho que “es
una buena película, cargada de buenas intenciones”.
Si John Ford respondió a la pregunta ¿qué es el cine? diciendo que es ver andar a Henry Fonda, desde que vi El 47 yo mantengo que cine es ver llorar a Eduard Fernández.
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