Alexandra Stréliski y los verdaderos nuevos románticos

La compositora y pianista canadiense Alexandra Stréliski, de ascendencia judía y polaca, nacida a comienzos del año 1985, es para la prestigiosa revista musical estadounidense Billboard "una de las nuevas estrellas más destacadas de la música clásica moderna".


Considerada habitualmente adscrita a la escuela musical neoclásica, la del clasicismo equilibrado y moderado emocionalmente, es en su tercer elepé, pleno del romanticismo musical anterior a la propia reacción neoclásica de las primeras décadas del siglo XX, cuando aquella manera de encuadrar su arte dejó de definir su música de forma absoluta. Ese tercer álbum, que escucho mientras escribo estas palabras, es el titulado, no en vano, Néo-Romance, aparecido en marzo de 2023 y en el que el piano sensible de Stréliski (“me crie tocando y escuchando a Chopin, por lo que el romanticismo musical reside en lo más profundo de mi ser: yo misma me siento como una compositora romántica”) se ve por primera vez acompañado por algunos maravillosos sonidos de instrumentos de cuerda. Los anteriores elepés suyos fueron los más neoclásicos, por seguir con las etiquetas, Pianoscope, de 2010, e Inscape, aparecido en 2018, que es con el que yo la conocí y tomé conciencia de la belleza absoluta de su música.

Ella ha dicho de Pianoscope que es como “una serie de cuentos que fueron hechos para permitirte viajar en tus recuerdos o inventar el resto de la trama", y las composiciones que forman parte del disco se dieron a conocer en un ámbito distinto, el cinematográfico, gracias a algunas películas del director canadiense Jean-Marc Vallée, como la excepcional Dallas Buyers Club, Demolition y la serie para televisión Big Little Lies. Para el mismo cineasta, Stréliski ha compuesto también música para otra serie, Heridas abiertas.



Inscape
, su segundo disco, fue elegido el noveno de los Mejores álbumes de composición experimental y moderna de aquel año 2018 por la revista canadiense Exclaim¡

De él escribió en su maravillosa página web Un Disco al Día Fernando Neira que “ofrece 11 paisajes de liviano impresionismo que parecen suplicar su emplazamiento en película de corte melancólico, como si nos encontráramos ante una nueva depositaria del legado de Satie. Incluso quienes añoren a ídolos del piano new age, en particular el de George Winston, se quedarán maravillados con estos 35 minutos de penumbras, orvallo y belleza extática. Escúchenla: Alexandra sabe de las bondades de la llovizna”.


Néo-Romance es un tranquilizador viaje ensoñador, ¿por qué no, nostálgico?, al meollo de la efervescencia creativa del movimiento romántico decimonónico. En él (que contiene “algo de la música más triste que he escrito jamás”), su autora y principal intérprete nos dice que trata de preguntarse qué queda de aquel pasado y sus grandes temas románticos en el mundo en el que vivimos: "¿Cómo te mantienes en aquel mundo imaginario en estos tiempos de desilusión e intimidación que estamos viviendo? Esa fue la premisa y el escenario del álbum".

Un tranquilizador viaje ensoñador como el de la propia Stréliski, que creó Néo-Romance (es el primer álbum suyo compuesto y grabado en Europa, concretamente en Rotterdam), siguiendo sus raíces, explorando su propio pasado familiar: llegando a dar con composiciones de sus antepasados, maestros y compositores de la época del Romanticismo.

 

“¿De dónde vengo? ¿La música te sigue a través de generaciones? ¿Qué significa esto en mi vida?”

 


Todo ello creado en pleno momento crítico de la pandemia de la COVID-19, sus separaciones forzadas, su aislamiento. Vuelve a hablarnos la pianista canadiense:

 

Néo-Romance trata más de imaginar cosas y contar historias. Perderse en la escucha como forma de resistir al desencanto y al aislamiento”.

 

Catorce piezas musicales, 44 minutos de melancolía urgente y en ocasiones vanguardista, siempre evocadora: “¿cómo podemos mantener la esperanza y los sueños de nuestra propia y maravillosa existencia? Podemos perdernos y vivir en nuestras emociones, por puras que sean, todo está dentro de nosotros, y veo esperanza en eso”.

 

Élégie es la última despedida de alguien a quien amabas. Es una canción triste llena de puro amor. Una oda para enfrentar tu vulnerabilidad cuando las cosas están temblando en tu vida. Un homenaje a la inmensidad del mundo”. AS


El hilo de seda desde el Paraíso

es una cuerda de piano

sobre la que vivimos la vida

a marchas forzadas, gracias

a la poesía de las tumbas.

[de mi poema ‘Prometeo mata a Liberty Valance’]

 

Lumières es una pieza caprichosa que cuenta una historia. Está inspirado en el Siglo de las Luces, donde los invitados se reunían en salones franceses para discutir grandes (y menos grandes) ideas”. AS


El exilio extinguido en las costas de América,

las linternas en el interior enmudecido de las ballenas

y la última tentación del pasado muerto sobre la Europa perdida:

brava tauromaquia en el sudor de las faldas de las madres,

las inevitables sangres de las soledades derrotadas como islas,

arrastradas por la arena de un continente exangüe, de crucificados.

Madrugadas de hielo en las raíces de las palmeras de esperanza,

bajo la nada de sus nadies se incomodan los fieles, los de las antorchas,

pero para llegar vivo al futuro junto a los sueños memorizados

se necesita al menos un piano y la paz del marfil.

[poema que hoy le dedico a Alexandra, pianista, naturaleza del alma]

Comentarios

Entradas populares

Los textos incluidos en este blog son propiedad exclusiva de sus autores. Se permite su uso y reproducción, siempre y cuando se respete su integridad, se cite la fuente y su utilización no busque fines comerciales ni implique la obtención de ingresos económicos de cualquier tipo.