El libro del ilustre periodista deportivo español Alfredo Relaño titulado 366 historias del fútbol mundial que deberías conocer fue publicado por vez primera en 2010 y reeditado y (muy) actualizado doce años después. Uno de los hitos indispensables de la historia del fútbol que Relaño recoge en su libro es este.
“Foot-ball. Así llamaban los ingleses al maravilloso juego que inventaron, y con ese nombre nos llegó”. Foot, de ‘pie’; ball, de ‘balón’. La primera vez que en España apareció la palabra foot-ball, que entonces se escribía con guion, fue en el año 1868, en la revista valenciana El Panorama, en un artículo titulado ‘Foot-ball en Inglaterra’, y “la primera vez que hay constancia de que se juegue a tal cosa en España es cuando aparece en el Eco Republicano de Compostela, el 10 de diciembre de 1873, una curiosa reseña en la que el autor del artículo, titulado ‘Puerto Villagarcía’, se muestra sorprendido porque unos bárbaros ingleses se divierten dando patadas a una pelota enorme, con comparación con la de la pelota vasca. La noticia utiliza dos veces la palabra foot-ball”. El 1 de agosto de 1908 Mariano de Cavia propone en un artículo publicado en El Imparcial el nombre de balompié para este deporte, “en traducción calcada del término inglés”: la polémica estaba servida. Así hasta que el 3 de marzo de 1916 la Federación Centro, a propuesta del entonces presidente del Real Madrid Pedro Parages, envía a la Real Academia Española una carta solicitando la españolización de la grafía de las palabras de dicho juego, “respetando su sonido, que ya había hecho costumbre entre nosotros”. Pasarían seis años hasta que la Real Academia, ante la existencia de Gabriel Maura Gamazo, que había sido presidente de la Federación Española entre 1916 y 1920, “aceptó la palabra fútbol, en principio sin tilde, aunque su uso no se generaliza tan rápidamente como hubieran deseado sus padrinos”. Los periódicos seguirán escribiendo más habitualmente foot-ball o football, y la grafía inglesa no morirá hasta que una ley ya de la época franquista, de diciembre de 1940 prohibió los nombres extranjeros, lo que obligó a los Athletic a ser Atlético e hizo desaparecer las palabras Racing o Sporting de los nombres de los clubes, mientras la palabra fútbol “quedó legitimada para siempre”. (Eso en España, que, en otros países, México, por ejemplo, usan la palabra futbol, sin tilde.)
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