Victoria Kent, una breve biografía; por Miguel García del Río
Abogada y política española, Kent fue durante la Segunda República española directora general de Prisiones, además de diputada en dos legislaturas y, por encima de todo, razón esta que la convierte en una protagonista esencial de la contemporaneidad española, la impulsora de la reforma del sistema penitenciario, así como un auténtico y ejemplar símbolo del feminismo español de primera hora.
Nacida en Málaga el 3 de marzo de 1892 (aunque otras
fuentes apuntan a 1889 o 1897), en 1917 Victoria Kent Siano llegó
a Madrid para estudiar Derecho. Tras licenciarse, inició su labor como abogada
defensora.
En diciembre de 1930 defendió ante el Tribunal Supremo
de Guerra y Marina a Álvaro
de Albornoz, integrante del
Comité Revolucionario Republicano. Además de conseguir la absolución de su
defendido, se convirtió en la
primera mujer en todo el mundo que
intervino como abogada en un consejo de guerra.
En las elecciones a Cortes Constituyentes de mayo de 1931 fue elegida diputada del Partido Republicano Radical Socialista, la reciente escisión liderada por el propio Albornoz
y Marcelino Domingo, entre otros, que había abandonado dos años antes al
Partido Radical de Alejandro
Lerroux.
El ministro de Justicia del Gobierno provisional
republicano, el socialista Fernando
de los Ríos, la nombró directora general de Prisiones, cargo que desempeñaría hasta 1934. Como tal,
desarrolló una amplia labor reformista: mejoró las condiciones de vida de los
reclusos y puso en marcha el Cuerpo
Femenino de Prisiones.
Durante los debates parlamentarios constituyentes en
torno al sufragio femenino celebrados en otoño de 1931, se opuso al mismo,
argumentando la escasa preparación política y sociocultural que las mujeres
tenían en la época. Esto la hizo polemizar con la diputada republicana
radical Clara Campoamor, además de enfrentarla a los sectores progresistas y
de izquierdas a los que pertenecían ambas.
En febrero de 1936, Kent volvió a ser elegida
diputada, esta vez en las listas de Izquierda Republicana. Después del
estallido en julio de ese año de la Guerra
Civil, el gobierno de la
República la envió a París. Allí se hizo cargo de la evacuación de niños en la
zona republicana, así como de la salida de los refugiados españoles hacia América.
Tras la invasión
nazi de Francia se refugió
en la embajada de México. Más tarde, pasó a vivir bajo una identidad falsa
hasta la liberación de Francia. En 1948 se trasladó a México, donde
además de impartir clases de Derecho Penal creó una escuela para formar al
personal de prisiones.
Un año después viajó a Nueva York con el encargo de
la Organización de las
Naciones Unidas de estudiar
la situación en las cárceles en Iberoamérica. En esa ciudad fijó su residencia
hasta su fallecimiento en ella el 25 de septiembre de 1987, aunque viajó a
España diez años antes.
[ESTE ARTÍCULO de Miguel García del Río fue publicado EN ANATOMÍA DE LA HISTORIA EL 10 DE JUNIO DE 2013]
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