Hay algo simplemente fascinante en la música de Andrew Bird
Datos. Andrew Wegman Bird nació en 1973 en una localidad estadounidense de Illinois llamada Lake Forest.
Etiquetas. Andrew Bird es un músico indie rock, el único del que he leído o escuchado que haga neoswing. Sic. (No lo hace.) Con algo más de 20 años ya tocaba el violín para una banda de swing clásico llamada Squirrel Nut Zippers. Y a los 23 debutó con su primer elepé, Music of hair, donde al jazz se le unían el blues y el folk. Todo muy norteamericano.
Grabaciones.
Experimentalismo de Bird con su banda Andrew Bird's Bowls of Fire desde 1998. Dos
elepés: Thrills y Swimming hour (2001); entre uno y otro, sin el
grupo: Oh! the Grandeur. Llegado a los 30 años, Andrew abandona todos
aquellos balbuceos y comienza a ser el Andrew Bird que me encandilará: The weather systems
es rock y folk decididamente pop.
Guitarra y silbidos se
unen al violín marca de la casa; Andrew es un músico total: de 2005 es Andrew
Bird & the Mysterious Production of Eggs. Vaya títulos, ¿que no?
Desubrimento. Bird llega
a mi vida en 2012. Para siempre. Es el año de su excelente Break it yourself.
El mismo año de otra delicia: Hands of glory.
Hacia el día de hoy: discos (todos ellos fabulosos)
2014: Things are really great here, sort of...
2016: Are you serious.
2019: My finest work
yet.
2020: HARK!
2022: Inside problems
Andrew Bird está entre los creadores musicales con más cantidad de mejores discos de estos últimos años, siempre a mi entender (según mi gusto), como relato en mi libro La música (pop) y nosotros, junto a otros músicos estadounidenses, como Damien Jurado y Beck, los grupos asimismo estadounidenses Kings of Leon, Calexico, The Black Keys, Black Lips y Low, el canadiense Ron Sexsmith, las bandas británicas Band of Skulls, The Heavy, The Struts, (los veteranísimos) The Waterboys, y el también británico Michael Kiwanuka.
2022: Inside problems.
Producido por Mike Viola, con Jimbo Mathus a la guitarra, Alan Hampton al bajo
y el baterista Abe Rounds, este álbum reduce el ámbito folk y parece
concretarse en algo meramente Bird.
“Estas 11 canciones pueden estar destinadas a
narrar un viaje interior deliberadamente personal, pero acaban por ser las de
un disco cálido y colaborativo que se siente como un bálsamo para el miedo y la
soledad”.
Stephen
Thomas Erlewine: Pitchfork
Lou Reed pareciera estar aquí:
Jonathan Richman. Hay algo en ti, Andrew, que me recuerda al vivaz e indispensable Jonathan de cuando escuchar música implicaba sobre todo la alegría de vivir en serio.
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