La explosiva exactitud de la musculosa música de Trombone Shorty difumina las líneas entre el funk, el soul, el rhythm and blues más auténtico y el rock psicodélico: la salvaje artesanía refinada de un artista. Leo en su web que en su obra se funden “el brillo del pop con la arrogancia del hip-hop”, el refinamiento entusiasta con “el virtuosismo técnico y la liberación emocional”. Uno siente que cuando escucha a Trombone Shorty lo que hace es participar de la celebración del “poder primordial de la música para unirnos a todos”. Sin duda. Troy Andrews (ese es el verdadero nombre del grandioso Trombone Shorty) hizo su primera aparición, como trombonista (de ahí su nombre artístico), a los cuatro años en el Jazz Fest neorleanense, actuando con Bo Diddley. Con sólo dos años más, ya lideraba su propia banda de música. Sin tener 20 años cumplidos, pasó a colaborar con Lenny Kravitz. Casi todo ello como trompetista, pero con el tiempo ha demostrado que es mucho más que eso, siendo como es uno extraordinario (pero también toca, cómo no, ya se dijo, el trombón, además de la batería, el órgano y la tuba, produce y canta). Magnéticamente carismático, Trombone Shorty es una verdadera estrella. Sólo hay que presenciar cualquiera de sus shows.
Es, además, un
filántropo capaz de crear la Fundación Trombone Shorty para apoyar la educación
musical juvenil (cuya razón de ser es "preservar y perpetuar la cultura
musical única de Nueva Orleans transmitiendo sus tradiciones a las futuras
generaciones de músicos"). Troy Andrews, el músico y también escritor
Trombone Shorty, una auténtica eminencia artística y civil en su ciudad natal,
vino al mundo el 2 de enero de 1986 en la capital mundial de la música: la
estadounidense Nueva Orleans (Luisiana). Allí tiene su propio estudio de
grabación: Buckjump.
“Tener mi propio estudio significaba que la
banda y yo podíamos capturar cosas en el momento en que nos sintiéramos
inspirados; significaba que podíamos arriesgarnos y experimentar. Podría llamar
a los muchachos con una idea en medio de la noche y me dirían: '¡Nos vemos allí
en una hora!'”
La explicación de su
precocidad musical y de su tempranísima participación en espectáculos es que es
el hermano menor del trompetista y director de orquesta James Andrews, nieto
del cantante y compositor Jessie Hill, de honda carrera bluesística, y primo
del trombonista Glen David Andrews y de Travis Trumpet Black Hill. Una familia
muy musical. Su hermano Darnell, también un talentoso trombonista, fue
asesinado en 1995.
Troy coincidió como
estudiante en el Centro de Artes Creativas de Nueva Orleans (NOCCA) con otro
ilustrísimo miembro de una dinastía musical, el también majestuoso Jon Batiste,
Sus elepés grabados en
estudio son:
Trombone Shorty's
swingin' gate (2002)
The end of the beginning (2005)
Orleans & Claiborne (2005)
Backatown (2010)
For true (2011)
Say that to say this (2013
Parking lot symphony (2017)
Y Lifted, uno de
los mejores discos de lo que va de este año 2022.
“Creo que esto es lo más cerca que hemos estado de
embotellar el show en vivo y ponerlo en un disco: normalmente, cuando estoy en
el estudio, trato de hacerlo lo más limpio que puedo, pero esta vez, les
dije a todos que realmente se soltaran, que actuaran como si estuvieran en el
escenario de un festival”.
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