La cineasta británica Andrea Arnold escribió y dirigió en 2009 la película Fish Tank, su segundo largometraje, de dos horas de tenuemente tensa y admirable duración, excepcionalmente fotografiado a través del nervioso acercamiento de Robbie Ryan y muy bien interpretado por sus dos principales protagonistas, la joven Katie Jarvis y el reconocido Michael Fassbender.
Fish Tank, que se deja ver (intensamente) porque evidencia una
voluntad de estilo incluso algo temeraria que pretende mostrarnos desnuda la
falta de un futuro digno para una gente (mal) educada y crecida en los
filamentos de un sistema social incómodo, obtuvo el Premio del Jurado en el Festival
de Cannes y el BAFTA al Mejor film británico.
En las críticas que leo de ella en la magnífica Filmaffinity aparece y no es de extrañar dos veces otro cineasta británico como punto de referencia, el gran Ken Loach (no tan grande para uno de los críticos que usan su nombre).
Sergi Sánchez le insulta en La Razón al escribir de Fish Tank:
"Como una
peli de Loach, pero bien hecha (...) cuenta muy bien lo que le pasa a una
adolescente rabiosa e inadaptada (...) Excelentes interpretaciones, espléndido
uso del color y alergia a la obviedad para una película a la que le sobran
veinte minutos."
Oti Rodríguez Marchante muestra en ABC más respeto cuando dice del
film interpretado por Jarvis y Fassbender esto:
"Muy en el
estilo dramático de Ken Loach (...) La película es fría en lo visual y lo
afectivo, (...) debutante y magistral Katie Jarvis”.
Carlos Boyero, por su parte, nos explicó en El País que "Andrea Arnold vuelve a demostrar aquí, como hiciera en su sugestiva ópera prima, que sabe describir a gente a la deriva, a seres frágiles y en permanente desconcierto que se defienden a bocados." Y es verdad, en Fish Tank sufrimos la fragilidad, el desconcierto y la deriva de humanos que pretenden sobrevivir a la realidad mordiéndola. Torpemente.
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