Federico, el poeta que limpiaba los teatros del mundo


Nacido en la granadina localidad de Fuente Vaqueros el 5 de junio de 1898, el poeta y dramaturgo Federico García Lorca es uno de los más famosos escritores del siglo XX, considerado el poeta español más popular y leído, cuyo asesinato, poco después de comenzar la Guerra Civil española, le convirtió en una de las más significativas víctimas de aquel conflicto. García Lorca es una de las personalidades más prestigiosas de todos los tiempos en el campo de la cultura.

 

LA CUARTA MUERTE

Hay unas alas negras

en la mañana desnuda,

un sonido sin esperanza

bajo los párpados del mundo:

el olor breve de una flor,

la rota cadencia del cielo,

calma y océano, tiempo

de cosechas olvidadas…

Del futuro llegan más muertes,

más disparos, más maestros

asesinados junto a la carne

de un poeta y la sangre

de otros dos humanos,

demasiado humanos,

muy enfermos de noche.

La tercera muerte,

la desnucada insolencia

del extraño juglar

sin nada que decir,

más que fui muerte

toda mi vida,

hoy, ayer, mañana:

quiero ser un segundo más

aquello que no pude,

un instante de agosto

solo en mitad de la guerra,

la guerra que perdí.

La cuarta muerte,

otra muerte de un toro,

de dos toros, de todos los toros

que bailaban en la plaza

para que Federico

supiera soñarlos.

Cuatro hombres muertos,

cuatro fardos sobre la conciencia

de toda la humanidad

desprovista de odio.

El maestro, los anarquistas

y el poeta que limpiaba

los teatros del mundo.

 

 


Hijo de una maestra y de un propietario agrícola, a los once años se traslada con su familia a la ciudad de Granada, donde estudiará música. En 1919, se instala en la madrileña Residencia de Estudiantes −donde entablaría amistad con el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel y el poeta Rafael Alberti, entre otros− y al año siguiente estrena su primera obra de teatro, El maleficio de la mariposa, y en 1921 se edita su primer poemario, Libro de poemas.

 

A FEDERICO

cuando te asesinaron

mataron tantas vidas

asesinaron no solo a Federico

acabaron con el alma de un pueblo

el espíritu del futuro que no querían

hicieron un holocausto de versos

de los poemas que ya nunca serían

quemaron miles de teatros

vencieron brevemente a la lírica

solo por un instante

un corto momento

hasta que tantos recordaron para siempre

que tu respiración no fue un sueño

porque los poetas ni siquiera duermen

 

 



VERTE MORIR UNA Y OTRA VEZ

todo el dolor de los vientos de aquella guerra interminable

todos los gritos de las madres

toda la luna ensangrentada

todo quedó prendido de tu frente asesinada y era agosto

un agosto que se repite en mis ojos

en mis labios

en mi corazón ceñido por tus versos

por tus versos y por tus risas

por tus canciones de niño

los que nunca te olvidamos

tenemos solo la pena de verte morir

una y otra vez

pero nos redime la dicha de poder repetir tu nombre

una y otra vez

Federico

Federico García Lorca

 

 

MUERTO ESTÁS, FEDERICO

Brama destartalada la sangre que brota brutal de tu herida

de muerte,

entusiasma el aturdimiento con el que la pantera te gime

con sus garras en los colmillos de bronce asesino,

entusiasma aterrador ese verde sin esperanza alguna

que deja en el espejo roto aristas de cielos sin surcar,

que nos prende a cuantos te leeremos un gusto en la boca

de vino amortajado por siglos de vendimias descalzas:

cuánto te echaríamos de menos si no fuera porque

cada agosto resucitas de entre los muertos

y entre los terrones donde nunca falleces del todo,

bajo cuya piel de animal angustiado nunca daremos contigo,

lanza la tierra unos despojos que no son tu cadáver,

que son esa sal enamorada enrojecida por el amor

de tus versos de azucena pálida hecha de cante

y fiesta y baile y un piano siempre con tus dedos posados

sobre las teclas negras,

sobre las teclas blancas,

haciendo sonar poemas que aprendimos a componer

escuchando tus murmullos de sonrisa azul.

 

 


Además de poeta y de dramaturgo fue una personalidad distinguida en el ámbito cultural sobre todo durante la Segunda República, director desde el año 31 del grupo de teatro universitario La Barraca, difusor del flamenco (de 1931 también es además su libro Poema del cante jondo), de la música popular en general, y compositor de canciones.

 

EN GRANADA Y EN EL MUNDO

¿Por qué no cuajó la palabra poetisa?,

¿y tú me lo preguntas?

sí, yo te lo pregunto:

¿por qué?;

y no quiero saberlo,

si bien lo pienso,

porque ya hemos tenido suficiente poesía

en las guerras y en las farras

y en las revoluciones

y en las secesiones,

suficiente poesía

desde que asesinaron poetas,

a Federico y a Víctor,

en Granada y en Santiago de Chile,

en el mundo este donde

la palabra poetisa no cuajó,

igual que le pasó

a la palabra paz,

que únicamente sirvió

para las rúbricas de aquel Octavio,

el de

“Entre lo que veo y digo,

Entre lo que digo y callo,

Entre lo que callo y sueño,

Entre lo que sueño y olvido

La poesía.

Se desliza entre el sí y el no:

dice

lo que callo,

calla

lo que digo,

sueña

lo que olvido.”

Poetisa y paz,

dos palabras soñadas

 

 

Sus principales poemarios son Romancero gitano, de 1928; y Poeta en Nueva York, escrito entre 1929 y 1930, aunque publicado ya póstumamente, en 1940; en tanto que de su obra teatral cabe destacar Bodas de sangre, de 1933; y Yerma, de 1934; Doña Rosita la soltera, de 1935; y tal vez su obra maestra, La casa de Bernarda Alba, concluida en junio de 1936, poco antes de que el estallido de la Guerra Civil le sorprenda en Granada, donde es apresado por los sublevados y asesinado probablemente en Víznar o bien en Alfacar, en Granada en definitiva, el 18 de agosto de aquel año 36.

 

 


SU CADÁVER

Yo dejé de buscar el cadáver de García Lorca

en el momento en que supe que sigue vivo,

me lo contó un poema, un poema que no era suyo,

un poema de muerte y de coñac,

un poema con guardias civiles cerúleos,

con aroma de tabaco y madera de nubes.

No intenté jamás dar con el cadáver de Federico,

me importó una higa su cuerpo corrupto y cenagoso,

nada en ese despojo de ignorancia traumática

contiene ya un ápice de alma enamorada y sanguínea,

nada en él queda ya de la rapsodia ausente de los pueblos,

nada de la vida en las ciudades de ríos como océanos,

nada de los sueños infantiles de quienes sueñan estrellas,

nada hubo jamás en el cadáver del poeta andaluz, español, mundial,

que tuviera que ver conmigo ni con lo que en mí dejó,

enardeciendo para siempre mis sentimientos,

cada uno de sus versos divinamente maculados

por el oro con el que él, gigantesco,

alimentaba las venas de la humanidad.

 

 

Como escribiera Rafael Esteban, “detenido el 16 de agosto de 1936 en la casa de su amigo y también escritor Luis Rosales, […] García Lorca fue fusilado horas después, en la madrugada del día 18 de ese mes, por causas que aún son motivo de debate y estudio (pero entre las que siempre se han contado algunas como su decidida defensa de la República y su homosexualidad). Dónde exactamente, aún no se sabe con certeza, pero muy posiblemente en alguna cuneta o paraje solitario en las cercanías del granadino barranco de Víznar. Esas cunetas y parajes solitarios en las que a tantos les fue arrebatada la vida. En este caso, la de uno de los principales creadores en lengua española”.

 


 

MIGUEL, ANTONIO, FEDERICO… Y JUAN

1945. Ronda del Guinardó,

para la libertad disparo versos,

muero porque no cesan

ni los rayos ni las heridas,

Miguel y Federico,

Antonio…

1936. 1939. 1942.

Escapasteis los tres de la vida

y nunca fuisteis a parar

a una novela de Juan Marsé,

jamás una canción del sol

sonó en vuestra presencia desaparecida:

sois nada más y nada menos

que el eco embrujado de una película

en blanco y negro,

sois la pertinaz sequía apresurada

bajo los talones moribundos

del Teniente Bravo,

sois campos andaluces,

un cementerio de Orihuela,

sois con quienes tanto queremos,

canciones de amor y paz

al ritmo de la sangre,

sois a quienes tanto queremos,

noches de cuatro lunas y un solo árbol,

de quienes tanto queremos sois.

 

 


LA GUITARRA DE LEONARD

Vienes a mí hoy viernes

como vienes en el vals vienés

que de Lorca llegó a Cohen

pasando por mi corazón

y por el tuyo

que es de plata y sangre

te ciernes a mí hoy viernes

a mis piernas

y a mi esternón de luz

cantando la letra de un baile

y llorando de dicha

como tú sabes saberme

Vienes a mí cada viernes

para ser un poema vivo

para ser la plenitud del tiempo.

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