¿Te gustó más la peli o la novela? Hoy: Matadero 5

Matadero 5, la novela de Kurt Vonnegut, fue llevada al cine en 1972 por el cineasta estadounidense George Roy Hill, aprovechando el guion cinematográfico que la adaptaba, escrito por Stephen Geller. Con música del reputadísimo Glenn Gould, ninguno de sus intérpretes pasó, ni pasará, a la historia del cine. La película, eso sí, recibió aquel año el Premio del Jurado del prestigioso Festival de Cannes.
La novela del estadounidense Vonnegut, Matadero cinco o La cruzada de los niños, publicada en 1969, es una obra literaria magnífica que me impresionó vivamente cuando la leí hace tres años:

"Los terrestres son grandes narradores; siempre están explicando por qué determinado acontecimiento ha sido estructurado de tal forma, o cómo puede alcanzarse o evitarse. Yo soy tralfamadoriano, y veo el tiempo en su totalidad de la misma forma que usted puede ver un paisaje de las Montañas Rocosas. Todo el tiempo es todo el tiempo. Nada cambia ni necesita advertencia o explicación. Simplemente es. Tome los momentos como lo que son, momentos, y pronto se dará cuenta de que todos somos, como he dicho anteriormente, insectos prisioneros en ámbar."

De ella, de tan extraordinaria novela, escribí esto:

CONCÉDEME, SEÑOR SERENIDAD PARA ACEPTAR LAS COSAS QUE NO PUEDO CAMBIAR, VALOR PARA CAMBIAR LAS QUE PUEDO Y SABIDURÍA PARA DISTINGUIR LAS UNAS DE LAS OTRAS. No está mal como modus vivendi o como modus operandi o como lo que quiera que Kurt quisiera dejar caer sobre nuestros dañados cerebros de terrícolas asesinos y merodeadores al escribir una obra maestra del desconcierto que es vivir la eternidad que venimos viviendo sobre las ruinas de los Dresde que en el mundo han sido. Matadero 5 es un disparo silencioso sobre nuestra conciencia de Homo sapiens sapiens, un disparo necesario. Conmovedor.

La película no lo es en modo alguno (necesaria, tampoco conmovedora), por más que el hecho central del desdichado y monstruoso bombardeo aliado de la ciudad alemana de Dresde en los estertores europeos de la Segunda Guerra Mundial (vividos en primera persona por el propio Vonnegut) aparezca también en ella como un delirio mortal de pura maldad humana.

De su director, George Roy Hill, que aquí compone una obra ya anticuada, muy setentera, sólo puedo decir que me gustaron mucho sus Toys in the Attic (1963, con un Dean Martin excelente), las muy famosas, que contaron con Redford y Newman, Dos hombres y un destino (1969) y El golpe (1973), y la divertida El mundo según Garp (1982, adaptación de la novela homónima del gran John Irving, la primera vez que vi una peli de Robin Williams).

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