En
la obra dirigida por el historiador Xosé Manoel Núñez Seixas Historia
mundial de España, el artículo
titulado ‘350 a.C. El sepelio de la Dama de Baza’, escrito por el
también historiador Jorge García Cardiel, analiza la importancia de la
mujer en la Antigüedad ibérica (ibera primordialmente). Podemos leer allí:
“[...] Las mujeres no
solo se encargaban de las tareas domésticas y de parir a la nueva generación,
como tantas veces se ha asumido; encarnaban el prestigio del pasado, de
la continuidad de la educación, el ethos y la cultura grupales. La
iconografía del siglo III a. C. destacaba su papel como transmisoras de los
mitos de la comunidad, de aquellos recuerdos colectivos cuyas enseñanzas daban
sentido ontológico al presente. Tenía lógica pues que los miembros de un
linaje brindaran semejantes honores a la joven matriarca y sublimaran su
memoria cubriéndola de ofrendas, porque la memoria de la difunta iría unida al
prestigio de sus hijos, esposo, hermanos y cuñados de ambos sexos”.
No
sé por qué he querido creer que todo esto está de alguna manera relacionado con
lo que dijera en julio de 2019 el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga en
una entrevista para La Vanguardia que le hizo Víctor-M. Amela titulada ‘Hacer caso a mamá
preservará a la humanidad’.
Arsuaga
y Amela hablan sobre si habrá o no un apocalipsis…
Juan
Luis Arsuaga: La cosa es muy elemental: ¿a ti qué te dijo tu madre cuando
eras pequeño?
Víctor-M. Amela: Que fuese buena persona.
JLA:
¿Lo ves? Hacer caso a nuestra mamá es lo que preservará a la humanidad.
Este texto pertenece a mi artículo ‘La mujer y la
preservación de la humanidad’, publicado el 28 de junio de 2020 en Periodistas en Español, que
puedes leer completo EN ESTE ENLACE.
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