
“John Lennon no estaba de acuerdo. Kurt
Cobain lo citó en su última carta. Desde que en 1978 cantara ese verso por
primera vez, no han dejado de preguntarme qué significa. Lo escribí pensando en
las estrellas del rocanrol; si lo dejas cuando estás en tu máximo apogeo, así
es cómo se te recordará, en el auge de tu carrera. Eso es el rocanrol. […]
Compuse la canción justo después de la muerte de Elvis
Presley, uno de mis héroes de la infancia […]. Booji Boy [del grupo Devo]
añadió varios versos que decían: «Es mejor quemarse porque el óxido no
descansa» o «Es mejor quemarse que oxidarse», no lo recuerdo. Uno de los
miembros de Devo me dijo que en una tienda de Akron, en Ohio, de donde procedía
Devo, había un cartel con la leyenda el óxido no descansa [el título del
elepé donde estaba la canción: Rust never sleeps]. Era un
establecimiento de mantenimiento y de prevención de óxido. Como suele ser el
caso con muchas de mis canciones, un fragmento del tema se basaba en cosas
reales que otras personas me habían dicho o habían hecho”.
Más adelante, Neil Young vuelve sobre el
asunto:

Cuando murió y dejó la nota, me tocó la fibra
sensible. Me dejó bien jodido y compuse un tema con esas emociones a flor de
piel, Sleeps with Angels [‘sueña con los ángeles’]”.
Tal vez aquella expresión no fuera más
que un remedo de algo que Neil Young repite varias veces en su libro, una frase
de su amigo y productor David Briggs: “destaca o desaparece”. Briggs
produjo 18 de los elepés de Neil Young, entre ellos Rust never sleeps.
De él, el músico canadiense escribió que “influyó más que nadie en mi música”.
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