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Hey Hey, My My (Into the Black), de Neil Young; LA CANCIÓN DEL TRIMESTRE

“Más vale quemado que apagado”. La extraordinaria canción de Neil Young Hey Hey, My My (Into the Black) finaliza con ese verso (traducido habitualmente también como “es mejor arder que apagarse lentamente”). Y mucho se ha escrito al respecto sobre esa frase. Su autor nos dice esto sobre ella en su libro de memorias escrito en 2011, Waging heavy peace: a hippie dream, y publicado al año siguiente (que apareció en 2014 en español, traducido por Abel Debritto Cabezas, bajo el título de Memorias de Neil Young: el sueño de un hippie):

John Lennon no estaba de acuerdo. Kurt Cobain lo citó en su última carta. Desde que en 1978 cantara ese verso por primera vez, no han dejado de preguntarme qué significa. Lo escribí pensando en las estrellas del rocanrol; si lo dejas cuando estás en tu máximo apogeo, así es cómo se te recordará, en el auge de tu carrera. Eso es el rocanrol. […]
Compuse la canción justo después de la muerte de Elvis Presley, uno de mis héroes de la infancia […]. Booji Boy [del grupo Devo] añadió varios versos que decían: «Es mejor quemarse porque el óxido no descansa» o «Es mejor quemarse que oxidarse», no lo recuerdo. Uno de los miembros de Devo me dijo que en una tienda de Akron, en Ohio, de donde procedía Devo, había un cartel con la leyenda el óxido no descansa [el título del elepé donde estaba la canción: Rust never sleeps]. Era un establecimiento de mantenimiento y de prevención de óxido. Como suele ser el caso con muchas de mis canciones, un fragmento del tema se basaba en cosas reales que otras personas me habían dicho o habían hecho”.

Más adelante, Neil Young vuelve sobre el asunto:


“Kurt Cobain acababa de suicidarse y dejó una nota en la que citaba una de mis canciones. «Es mejor quemarse que desvanecerse.». Le habían llovido muchos palos por suspender algunos conciertos. Por pura casualidad, había intentado ponerme en contacto con él para decirle que me parecía un gran artista y que tenía que hacer lo que creyera mejor y a tomar por culo todo lo demás. No era un mero artista del espectáculo, sino un músico, un compositor. No es lo mismo. Supe verlo y quise hablar con él para decirle que tocara cuando quisiera. Bastaría con que fuese él mismo.
Cuando murió y dejó la nota, me tocó la fibra sensible. Me dejó bien jodido y compuse un tema con esas emociones a flor de piel, Sleeps with Angels [‘sueña con los ángeles’]”.
 
Tal vez aquella expresión no fuera más que un remedo de algo que Neil Young repite varias veces en su libro, una frase de su amigo y productor David Briggs: “destaca o desaparece”. Briggs produjo 18 de los elepés de Neil Young, entre ellos Rust never sleeps. De él, el músico canadiense escribió que “influyó más que nadie en mi música”.

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