El bosc (‘El bosque’), de casi cien minutos más
que suficientes de duración y rodada en 2012, es una película peculiar pero no
extraña ni mucho menos peregrina, tampoco del todo chocante, especialmente si
uno ya ha visto antes alguna película de su director, el suavemente inaudito Óscar
Aibar, al cual conocí a finales de la década de 1980 como guionista de
cómics molones, de quien quiero disfrutar de una vez su El gran Vázquez
y del que conozco sus dos peculiares y vagamente sorprendentes primeras
películas, Atolladero y Platillos volantes.

Por
cierto, la acción de El bosque tiene lugar durante la Guerra Civil
española (y no, no es otra película sobre aquéllo) y en ella yo he
visto una dulce manera de considerar con nobleza a los desdichados refugiados
de los conflictos bélicos.
He
leído lo que sigue después de verla (seguramente también lo leí en su momento,
cuando se publicó en aquel 2012) y creo que es de sumo interés para saber más sobre
este film que no sé si recomendar:
“Albert Sánchez Piñol adapta su
relato El bosc, incluido en el libro Les edats d’or,
tomando decisiones razonables para adensar las relaciones entre sus personajes.
Se pierde por el camino algo del controlado humor del original y se subraya
demasiado —en especial con la llegada de los brigadistas— el sentido último de
la historia: que todos somos el Otro del Otro y que una guerra civil, más
que conflicto de otredades, es encrucijada de prejuicios. La película entra
en la tradición abierta por El espíritu de la colmena (1973) y
mutada en El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del
fauno (2006) y logra romper inercias de representación y
caracterización referidas a ese periodo histórico. Podría ser un buen episodio
de Twilight Zone o Historias para no dormir, pero
es una película insólita, fresca y sorprendente que confirma la sana anomalía
del toque Aibar”.
Jordi
Costa: El País
Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.