La serie estadounidense de televisión Muñeca
rusa (originalmente titulada Russian Doll), estrenada en
2019, compuesta por ocho capítulos de media hora de duración cada uno, es
sencillamente magnífica.
Una dirección cinematográfica y artística excepcional,
un guion brillante, una fotografía tremendamente adecuada (a cargo de Chris
Teague), unas interpretaciones emocionantes… Muñeca rusa lo tiene
todo, hasta una selección musical preciosa.
Creada, dirigida y escrita por Leslye Headland, Amy
Poehler y Natasha Lyonne, que además la protagoniza, Muñeca rusa es
una serie asombrosa, enrevesadamente diáfana.
Un hallazgo cinematográfico de primer orden en el que
rozamos continuamente a esos seres que son el abismo donde caen los deseos, un
goce visual, acústico, sentimental, donde abrazarnos intensamente al dolor,
a la fragilidad, al milagro de sobrevivir.
Todo ello en la noche sin tiempo de Nueva York,
una noche sin tiempo en la que, durante cuatro horas de vértigo, divertidas
cuando todo se mece en el gusto por ver buena televisión, buen cine, yo he
asistido sin lugar a dudas a un espectáculo de primer orden.
“Querer vivir es lo más hermoso del mundo”, le dice una amiga al personaje interpretado por Natasha
Lyonne, la actriz que está muy bien acompañada por los demás actores de la
serie: Charlie Barnett, Elizabeth Ashley, Brendan Sexton III, Yul Vazquez,
Greta Lee, Jeremy Bobb…
Del pasado se puede salir. Se debe salir.
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