Rolling Thunder Revue: una historia de Bob Dylan (en la carretera)

Película documental. Película y documental. ¿Película o documental? He visto Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story, de Martin Scorsese. Y he leído, he acabado poco después de ver el film, Rolling Thunder. Con Bob Dylan en la carretera, de Sam Shepard.

En ambas obras, o tal vez sólo en el libro, veo, leo, los días en los que Dylan (el hombre que “se ha reinventado a sí mismo”) reinventaba la tradición musical norteamericana en una de sus más sonadas y memorables búsquedas del Santo Grial. Si el film lo ha creado, montado, Scorsese en este año 2019 (especialmente con las cintas de película grabadas en aquella gira dylaniana casi circense), el libro de Shepard es del año 1977, muy cercano a los tiempos del recorrido musical de Dylan (al que acompañó en la primera fase del tour precisamente para escribir sobre él y de quien dice que “es el gamberro que cambió por completo el rostro de la conciencia de la juventud norteamericana de un solo golpe”) y aquella banda suya que quiso ser muchas cosas, por ejemplo un remedo rocanrolero de la commedia dell’arte.


Sobre el libro y sobre el film tengo algo que contarte. Pero empiezo por contextualizarlo todo.

The Rolling Thunder Revue fue el nombre de una gira de Bob Dylan que incluyó a 18 músicos y que pretendía acercar su música a entornos de público más reducidos para establecer una mayor cercanía entre las canciones y los espectadores. Se pretendía lograr una intimidad mayor que la propia de la que daban los grandes estadios. Mick Ronson, Joan Baez, Roger McGuinn, Joni Mitchell, Ronee Blakely, Ramblin' Jack Elliott, Bob Neuwirth, Scarlet Rivera, Rob Stoner o Howie Wyeth formaban parte del elenco. Estos cuatro últimos pertenecientes a los músicos que tocaron en el disco de estudio de Dylan, el fabuloso Desire, aparecido entre una fase y otra de la gira y cuyas canciones supusieron grandes interpretaciones en los conciertos. Fueron 57 recitales que tuvieron lugar en otoño de 1975 y en la primavera del año siguiente. Buena parte de Estados Unidos y algunas ciudades de Canadá acogieron el tour.

Dejo a Shepard que nos cuente lo que él vio en la gira The Rolling Thunder Revue:

“Una entrega comunal de energías espirituales a través de la música. Nada de grandes timos promocionales. Nada de tensas preparaciones para situar el espectáculo por encima de todo. Sólo una música increíble que reciben públicos increíblemente pequeños pero que la absorben toda”.

[...]

Conviene decir que la película, el film de Scorsese, habla de alguna manera de escuchar música, o quizás sea el libro de Shepard en el que he creído leer eso respecto de aquella gira de músicos dylanitas. Da igual, ahora mismo tengo el libro recién acabado de leer y el documental o lo que sea casi apenas visto hace unas horas, tengo a ambos en algún lugar sentimental, en algún sitio de mi cerebro, adormiladamente atento y quizás todo esto, todo aquello no fuera sino un nuevo capítulo en la vital historia de “escuchar a propósito el contenido interno de la música”. Gracias, Sam.

En el maremágnum que es una ciudad estadounidense, que es Estados Unidos, Dylan encaja “como un supercontraespía. Un ladrón furtivo en medio de la noche. Desvanecerse como el Llanero Solitario. Máscara blanca pintada y una bocanada de corazón”. Shepard lo vio.

¿Qué decir de la obra de Scorsese? Lo digo ya: si no llega a ser por las maravillosas tomas de algunas de las mejores canciones de Dylan (que ni siquiera grabó el director estadounidense, claro está), si no fuera por ellas, lo que vemos es un batiburrillo alocado sobre algo que debió ser eso, un batiburrillo alocado que acompañó a la mayor manifestación artística humana posible: la música en directo interpretada por auténticos músicos. Sólo por eso merece la pena ver la mezcla de ficción y realidad que es este, lo digo ya, documental que se queda a medio camino de la genialidad y la pérdida de tiempo. Pero ya lo sabemos, Dylan puede rescatar de la mediocridad hasta la profesional manera de contarnos el sindios que fue aquella memorable Rolling Thunder Revue.



Este texto pertenece a mi artículo titulado ' Dylan salva a Scorsese y Shepard nos ilumina a Dylan ' y publicado el 21 de junio de 2019 en Nueva Tribuna, que puedes leer completo EN ESTE ENLACE.

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