La
oposición más significativa a la dictadura
franquista fue en los años del primer franquismo la de los maquis, la de
los guerrilleros que poblaban de
forma muy diseminada y nuclear una gran parte de la geografía del país. Aquella
guerrilla antifranquista hundía sus
raíces en una auténtica y feroz represión programada.
Hagamos
una pequeña incursión en el nada romántico mundo de los que se echaron al
monte, de los emboscados, de los resistentes.
Se
dieron varios tipos de resistentes al poder dictatorial franquista, tipos o
características que responden a la existencia de una especie de estadios
evolutivos en la mayoría de los casos. Y toda esa tipología de la resistencia
guerrillera la encarnó, sucesivamente, el resistente cántabro Juan Fernández Ayala, más conocido como
Juanín, un huido que permaneció en
las montañas cántabras y asturianas 14 años, los transcurridos entre 1943 y su
muerte, ocurrida en 1957. Juanín es de alguna manera el paradigma del
resistente antifranquista. Los maquis, emboscados, guerrilleros o, para los
adeptos al régimen de Franco, bandoleros, lo fueron siempre a partir de una
causa u origen común, si exceptuamos a los maquis venidos de Francia bajo
dirección del Partido Comunista de España (PCE) o a determinados restos del
Ejército republicano resueltos a seguir la lucha en frentes ya conquistados por
los rebeldes. Esa causa no es otra que la represión franquista o el temor
cierto a padecerla.
Cuatro
eran las opciones para los derrotados que no acababan en las cárceles o frente
a pelotones de fusilamiento: la más habitual, el silencio y el acomodo en medio
del dolor, opción generalmente calificada como “exilio interior”; pero también
la huida al extranjero, fundamentalmente a Francia, “en muchos casos para
acabar sus días en Mauthausen tras ser detenidos por agentes alemanes o
falangistas que andaban a la caza de republicanos” −en palabras de Rafael Esteban−; o el escondite, bien a
la manera de los muy escasos topos, furtivos en sus propios domicilios o en las
inmediaciones de los mismos, o al estilo de los huidos al monte.
Este
texto es un extracto de mi libro El franquismo que asimismo apareció
en marzo de 2017 en la revista Anatomía de la Historia como parte
del artículo ‘Maquis en la España de
Franco’, que puedes leer completo EN ESTE ENLACE.
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