A Bruce Springsteen no le bastó con
contarnos su truco de magia en el maravilloso libro que es mucho más que sus
memorias y que tituló como su disco más emblemático: Born to run (y sobre el cual yo ya he escrito
en otro sitio, como puedes leer AQUÍ si te apetece). Le debió parecer
poca tal proeza y se puso a trabajar con un horario, como los mortales, por
primera vez en su vida. Y yo antes de ayer vi aquella nueva demostración de uno de los
genios artísticos más importantes del último medio siglo. La vi en la
televisión, claro. Porque antes de ayer presencié en dos horas y media lo que es la
música cuando cae en manos de alguien que tiene "un fuego en las entrañas
que no deja de abrasarte".
Antes de ayer vi Springsteen
on Broadway, una de las
representaciones que hizo del espectáculo de ese título en el Walter Kerr
Theatre de New York City entre octubre de 2017 hasta diciembre de este año
2018.
No, no es un concierto de Bruce
Springsteen. Desde luego no con la E Street Band, ni siquiera uno que ofrezca
él en solitario con la colaboración de su esposa, Patti Scialfa, en dos ocasiones. Es mucho más que eso. Es una
escenificación natural, simple, de su autobiografía matizada por algunas de sus
canciones más… Más autobiográficas.
Su padre y su madre hacen acto de
presencia también en Springsteen on
Broadway, como lo hacían en el libro Born
to run. El cantante nacido en Freehold
reconoce que no ha sido totalmente justo con padre en sus canciones, nos
recuerda muy emocionantemente cuando su padre le fue a ver antes de ser padre
por primera vez (y él abuelo) para trasmitirle: “yo no fui demasiado bueno
contigo”. Y agradece a su madre haberle enseñado algo que él se empeña, como
mejor puede, en emular: una infatigable ansia de vivir.
Clarence Clemons, su
amigo y saxofonista de su mítica banda de rocanrol, fallecido en 2011, también ocupa
un destacado lugar memorable en el show, y Bruce nos vuelve a decir aquello de
que cuando murió sintió que era como
haber perdido la lluvia:
“Nunca olvidarás a
aquellos con los que has vivido y presenciado milagros”.
Bruce sigue siendo “un buen chico
católico”. Un buen chico católico que supo pronto que lo que la gente espera
cuando va a un concierto es alguien que le demuestre que uno más uno… puede ser TRES.
Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.