David Menaza me lee (una reseña de ‘La Transición’)

José Luís Ibáñez Salas rompió su primera lanza como escritor tout court precisamente añadiendo su granito de arena a esa oceánica literatura que se ha entregado al análisis de la etapa central del siglo XX español. El franquismo (Sílex, 2013) era una aproximación valiente al período reseñado, porque hay que tener redaños para tratar con una concisión no reñida con la profundidad una época tan transitada por la historiografía, amén de su considerable extensión temporal, en no muchas más de doscientas páginas. Además, José Luís no renunciaba a la utilización de un estilo directo y hasta coloquial, alejado de un academicismo que en su caso sería impostado, pero consciente de que la alta divulgación exige, de suyo, vulgarizar sin perder altura.

Planeando, planeando nos ha entregado ahora la otra cara de la medalla: La Transición (Sílex, 2015) dobla la apuesta de su primer libro y si cuenta con la ventaja de estudiar un lapso temporal más sucinto tiene la dificultad añadida de relatar ordenadamente acontecimientos más recientes, sobre los que muchos lectores tendrán sus propias memorias y recuerdos personales. Leyéndolo no he dejado de sufrir momentáneos flash-backs, una especie de regresión personal a escenarios propios de Cuéntame que al parecer yacían enterrados en mis circunvoluciones cerebrales.

El estilo de José Luís, muy acertadamente, ha evolucionado con decisión hacia lo deíctico: apostrofa al lector, lo agarra por las solapas, incrusta a menudo testimonios directos y no se pierde en disquisiciones teóricas ni elabora una periodización mayor que la que deja ver la estructura de los capítulos. Tampoco abusa de las semblanzas. Los personajes principales del período (don Juan Carlos, Adolfo Suárez, Manuel Fraga, Felipe González, los golpistas del 23-F) son presentados adecuadamente, pero componen una trama coral, casi berlanguiana. La Transición, no cabe duda, fue una obra colectiva y así aparece retratada en estas páginas.

Un lector de voracidad mediana despachará en dos o tres sesiones intensas esta pieza, que despierta el apetito y proporciona una bibliografía ajustada pero actualizada y más que suficiente para el que se quede con hambre. Además cuenta con una generosa cronología de casi cuarenta páginas que resulta muy útil a la hora de aquilatar el cuerpo de texto principal (acabaréis usando el meñique derecho para tenerla a mano) y constituye una herramienta de referencia que sugiere una segunda vida para esta obra: sería un excelente libro de texto sobre el período que trata.



[Este texto pertenece al artículo de DAVID MENAZA publicado en Anatomía de la Historia en agosto de 2016, titulado “¿Cómo están ustedes?”, una reseña de ‘La Transición’.]

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