Joan Miró en un diccionario

Joan Miró i Ferrà (Barcelona, 20 de abril de 1893-Palma de Mallorca, 25 de diciembre de 1983)Creador español que destacó en numerosas facetas artísticas, sobre todo como pintor, pero también como escultor o ceramista; figura relevante del surrealismo, uno de los artistas más significativos y originales del siglo XX. En 1980 recibió la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes.

De padre orfebre y nieto por parte materna de ebanista, ya tenía a su disposición a los siete años un profesor de dibujo. Tras formarse en la Escuela Superior de Artes e Industrias y Bellas Artes (conocida como Escuela Llotja o de la Lonja), en 1912 comenzó a recibir clases en la Escuela de Arte del pintor y pedagogo Francesc d'Assís Galí, al tiempo que decidía dedicarse por completo a la pintura. La primera exposición individual de Miró tendrá lugar en 1918.

Sus primigenias influencias van desde la pintura al fresco del románico catalán al fauvismo y al cubismo de aquellos años de principios del siglo XX. En París desde 1920, un año después expone en la capital francesa por vez primera, donde conocerá a creadores vanguardistas de la talla del español Pablo Picasso, los escritores franceses Paul Éluard y Raymond Queneau o al artista alemán nacionalizado francés Max Ernst, con quien creará en 1926 los decorados y el vestuario de Romeo y Julieta para los Ballets Rusos, su primera gran incursión en el mundo escénico.

Campesino catalán con guitarra 
Imbuido del surrealismo literario, Miró, que alternará París con Mallorca y con la localidad tarraconense de Montroig, visualizó de alguna manera en su pintura lo onírico de los poemas de aquel movimiento. Prueba de ello son Campesino catalán con guitarra (de 1924, en el madrileño Museo Thyssen-Bornemisza), El carnaval del arlequín (1925, Museo Albright-Knox, en la ciudad neoyorquina de Buffalo) o Interiores holandeses (1928, dispersos en el Museo de Arte Moderno y en el Museo Metropolitano de Arte, ambos en Nueva York, así como en el Museo Guggenheim de Venecia).




Tras el estallido de la Guerra Civil española, en 1936 Miró fijó su residencia en París, donde pintará un gran mural para el pabellón de la República en la Exposición Internacional del año 37. Esto no fue óbice para que en 1940 regresase a su país natal, cuando ya ha comenzado la Segunda Guerra Mundial. En España vivió retirado de todo contacto con la realidad política de los largos años de la dictadura del general Francisco Franco.

Miró se valió también de otras técnicas, y creó asimismo grabados y litografías, especialmente durante la década de los años 50, así como acuarelas o collages, además de pintar sobre cobre y de tallar esculturas. De hecho, casi tanto como su obra pictórica es conocido su trabajo cerámico, que le llevó incluso a hacer grandes murales, como La pared de la Luna y La pared del Sol (en el edificio parisino de la UNESCO, inaugurados en 1958) y el del Palacio de Congresos de Madrid, creados junto al ceramista español José Llorens Artigas.
Ocho antes de fallecer el artista, tuvo lugar en Barcelona la inauguración de la fundación que lleva su nombre.


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