La tarde del 26 de junio de 2023 presenté mi primera novela. Tenía preparado un discurso que no leí. Y fue mejor así, te lo aseguro. Ese texto, que mi hermano Richard, experto en la redacción de discursos, validó y consideró perfecto para ser leído en público, lo escribí días antes y decía así:
Buenas tardes.
Quiero comenzar dando las gracias a mis libreras de
cabecera, Lorena, Rocío, Aurora y Patricia, por facilitarnos este lugar tan
propicio: LA ANÓNIMA. Por permitirme estrenar SERÁS MI TUMBA en mi ciudad. Más
aún, EN MI BARRIO.
También a Manuel Rico por concederme el honor de
presentar mi primera novela. Manuel leyó hace años el original y fue una de las
personas significativamente relacionadas con la lectura, la escritura, la
edición y la crítica, que me convencieron de que la novela merecía la pena ser
publicada. Gracias, Manuel. Una vez más, gracias.
Ramiro Domínguez no es solamente mi editor, es mucho
más que eso, es mi amigo. Y ya sabemos que ante la palabra AMIGO, y hay aquí en
la sala buena muestra de los que tengo y disfruto, uno agradece a la vida merecer
a cada uno de ellos. Siempre gracias, Ramiro.
Y gracias a cuantos habéis venido hoy aquí a estar
conmigo en estos momentos tan emocionantes. Mi familia, mis amigos… Marga.
Siempre Marga, quien hizo la última lectura total de SERÁS MI TUMBA tras la
cual quedó lista para ser editada definitivamente. Nueve años después de haber
sido escrita.
Gracias.
SERÁS MI TUMBA es mi sexto libro, el primero en el que todo lo que cuento es mentira y cierto a la vez. El primero en el que todo lo que hay es nada más que un pedazo de mi corazón.
Dice Vargas Llosa, uno de los mejores escritores a
quienes yo haya leído, que “la invención químicamente pura no existe en el
dominio literario”. Mi primera novela no es una invención mía, siendo una
invención mía, porque cuando escribimos, al menos cuando yo lo hago, en nuestra
mente hay ideas, visiones, recuerdos, que no nos dejan imaginar, porque son
ellos en sí mismos ya imaginación sin serlo. Yo solo saco de la chistera lo que
sé, y lo que sé no siempre ha existido en el mundo real, pero tampoco le es
ajeno.
Y hasta aquí mi reflexión de escritor interesante.
Cito otra vez a Vargas Llosa:
“Los novelistas tienen
una gran ventaja sobre los historiadores: lo que no saben pueden inventarlo. Y
esto es lo que he hecho yo: sobre un telón de fondo histórico, he añadido
muchas cosas. ¿Significa esto que las novelas mienten? Creo que no. Completan
la historia”.
Ser historiador es fabuloso. Pero más lo es ser un
fabulador.
SERÁS MI TUMBA está basada en hechos reales, como
avisan muchas películas. Ojalá esta mi primera novela se mereciera a Juanín, su
innombrado protagonista, ese mito legendario histórico (todo a la vez) que es
Juanín. Yo hice todo lo posible. A la fantasía le añadí algo de disciplina, algo
que habría bendecido para esta clase de cosas Vargas Llosa.
Y no digo más.
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