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Antoni Gaudí i Cornet

Gaudí fue uno de los principales protagonistas de la cultura española durante la Restauración. Arquitecto y diseñador, es la figura principal del modernismo catalán, un destacado e influyente artista a nivel mundial de tus vanguardias artísticas desde finales del siglo XIX. Bajo el epígrafe Obras de Antoni Gaudí, siete de sus creaciones han sido, en 1984 y en 2005, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, dado que «testifican la excepcional contribución creativa de Gaudí al desarrollo de la arquitectura y tecnología constructiva de finales del siglo XIX y principios del XX».

Nacido en la tarraconense Reus el 25 de junio de 1852, Antoni Gaudí i Cornet se graduó como arquitecto en 1878 por la Escuela Provincial de Arquitectura de Barcelona (la actual Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona). Ese mismo año, una vitrina suya para la Exposición Universal de París atrajo la atención de quien sería gran mecenas suyo, un impulsor del renacimiento decimonónico de la cultura catalana, el empresario y político Eusebi Güell i Bacigalupi. El primer proyecto relevante de Gaudí fue un edificio barcelonés, la Casa Vicens (1883-1888), construcción de un personalísimo estilo neomudéjar que es Patrimonio de la Humanidad desde 2005.

Para Güell, Gaudí proyectará obras de tanto renombre como los Pabellones de caballerizas de la finca familiar en Pedralbes (1884-1887), el barcelonés y neogótico Palacio Güell (1886-1890), la Cripta de la Colonia Güell, en Santa Coloma de Cervelló (1898-1914), o el Parque Güell (1910-1914), las tres últimas Patrimonio de la Humanidad. Fue en 1883 cuando, un año después de haber comenzado su edificación, recibió el encargo de proyectar el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, que modificó desde su planteamiento inicial neogótico hasta idear, a medida que crecía la construcción, un edificio portentoso que todavía no ha sido finalizado tantísimas décadas después, pero que es todo un símbolo ineludible de la ciudad de Barcelona. De la Sagrada Familia, tanto su Fachada de la Natividad como su cripta, serían declaradas en 2005 también Patrimonio de la Humanidad.

De aquellos años finales del siglo XIX son otras obras suyas, las únicas llevadas a cabo fuera de Cataluña: Villa Quijano, más conocida como El Capricho, en la localidad cántabra de Comillas (1883-1885); o el Palacio Episcopal de Astorga (1889-1915) y la Casa de los Botines (1891-1892), ambos edificios en León.
Su estilo evolucionaba, siempre personalísimo, cada vez más influido por su manera de acercar la naturaleza a su idea arquitectónica, hasta convertirse en un referente perfectamente distinguible de lo que dio en llamarse en el mundo hispano modernismo (el francófono Art Nouveau, el anglosajón Modern Style…). Fue Gaudí un artista total que se preocupaba hasta de los últimos detalles de cuanto proyectaba y del diseño del mobiliario que debería de habitar aquellos espacios. Caben destacar otros dos edificios declarados Patrimonio de la Humanidad: la Casa Batlló (1904-1906), donde intervino en la reforma de ese edificio barcelonés para crear su popularísima fachada ondulada o su cubierta con forma de lomo de dragón; y la Casa Milá, más conocida como La Pedrera (1906-1912), también en la ciudad de Barcelona.

Desde 1911, Gaudí vivió en la vivienda habilitada en lo que en realidad era el despacho de la Sagrada Familia. Falleció quince años más tarde, el día 10 de junio, atropellado por un tranvía en las calles de Barcelona.


Este texto pertenece a mi libro ¿Qué eres, España? (Sílex ediciones, 2017)


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