Tú estás bien porque no hemos puesto nombre a lo tuyo, POR Guillermo Jiménez
He leído una frase de
esas que pululan por internet y que se le atribuye a Paulo Coelho, Einstein,
Freud o Al que Asó la Manteca, que se sabe que es falsa pero que quiere ser
graciosa (he escrito seis "que" en la misma frase y no me doy
importancia). No, esta no es la frase, a la que me refiero "es" de
psiquiatría (por lo menos) y de Freud
y dice:
[Imagen: Henry Farrers Winter: Scene in Moonlight (1869)]
"Tú estás bien
porque no hemos puesto nombre a lo tuyo".
Y va y resulta que lo mío
sí tiene nombre (ojo, estoy de broma...). Aunque tendría que ver si aparece en
el DSM 5 que es la última versión (la cinco) del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales,
editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA). El DSM5 es de
2013 tiene mil páginas y lo venden por 125 euros (o te lo bajas de internet,
digo yo).
Yo creo que lo mío sale
también en la CIE-10, la Clasificación
Internacional de Enfermedades editada por la Organización Mundial de la
Salud (creo que en 2022 saldrá la CIE nº 11 y ocupará varios tomos más porque
van a añadir todas las enfermedades relacionadas con el uso y abuso del
teléfono móvil).
Creo que uno de los
avances sociales que se dan de vez en cuando aunque ni nos demos cuenta es que
las enfermedades mentales nos han dejado
de dar miedo o compasión y han pasado a ser parte de la cotidianeidad. Ya
no "escondemos" avergonzados (de "esconder") a los locos en
desvanes o en manicomios o se mataban porque eran señales diabólicas o yo qué
sé qué se hacía con los locos en la Edad Media, esa que tanto añora más de uno.
Un ejemplo muy tonto es que la homosexualidad dejó de ser una enfermedad mental
para la OMS hace 21 años y lo hicieron cuando los de la DSM (los que saben, o
sabían a partir de ese año) la quitaron de ahí. Y no digo nada de que en un
montón de países la homosexualidad es delito. En serio. Lo prometo.
Pero no va por ahí lo
mío, mi "enfermedad" (lo pueden atestiguar los que no se atreven a
leer -o a reconocer que me leen- lo mío) se llama hipergrafía.
La hipergrafía según los
neurólogos (¿todos?) consiste en la necesidad compulsiva de escribirlo todo. A
todas horas. Enfermizamente. Como si no hubiera nada más en la vida (¿no se
habrán dado cuenta de lo rica que está la cerveza, de lo bien que te lo puedes
pasar metiéndote con los madridistas en un Huesca-Real Madrid, de lo sano que
es andar por la Isla o hablando con xenófobos?) No todo va a ser escribir.
En serio, a mí me encanta
mucho escribir mucho, pero también leer, mirar, reír, conocer, polemizar,
observar, aprender, mejorar, viajar, ver fotos de ñus, entrar -a veces, no
tanto como parece- en Facebook y miles de cuestiones más, eso es la vida (hacer más que tener).
Los hipergrafos dejan
trabajo, estudios, amigos, incluso algunos ni comen ni duermen (ojo, no estoy
hablando de móviles...) solo por escribirlo todo. Y a saber qué escriben.
Yo diría que más que
hipergrafo (esa especie de síndrome de
Diógenes del escribir), escribiendo soy prolífico. que suena más fino. En
fin, que lo mío no es para tanto, aunque no estuvo mal empezar el texto con:
"Tú estás bien porque no hemos puesto nombre a lo tuyo".
[Imagen: Henry Farrers Winter: Scene in Moonlight (1869)]
no entedi una cosa. al final esa frase es o no de Freud?
ResponderEliminarEstá criticando la frase (que no es de Freud), y las conductas psicoanalistas que tachan a todo de enfermedad (nótese el conductas psicoanalistas). Vamos, eso creo yo xd.
EliminarEs difícil hablar con quien no se identifica. Mucho.
Eliminar