Mi amigo el editor Ramiro Domínguez Herranz, director del Grupo Sílex, escribió en septiembre de 2024 en el nº 25 de la revista para el análisis de la cultura y el territorio Periférica Internacional, publicada por la Universidad de Cádiz, un artículo sobre la trayectoria de Sílex ediciones que hacía cierto hincapié en sus últimos años editando libros de música. Lo que sigue es un resumen breve de aquel texto titulado ‘Sílex, una editorial de ensayo y música’, que puedes leer AQUÍ COMPLETO y comienza así:
“Sílex ediciones
editó su primer libro en el año 1967, un trabajo sobre las cuevas de Altamira, pero con el nombre de Eleonor Domínguez, mi
padre”.
Seis años más tarde, Eleonor Domínguez “le pondrá el nombre Sílex a la editorial, un nombre sonoro y que reflejaba perfectamente la intención por la que pretendía ir. Un sello de arte en sus inicios, Sílex, ya en esos años, tenía intención de ser un sello de libros de historia”.
Ramiro Domínguez “entró a formar
parte de la editorial en el año 1987 para ayudar en edición de mesa, trabajos
de almacén y de comercial”. Explica que “crear libros se convirtió desde ese
instante en mi pasión y supuso un gran descubrimiento juvenil”. Transcurrieron años
de intenso aprendizaje y de cometer algunos errores “que sirvieron para mejorar
mis capacidades dentro de la editorial”, acepta. Eran los tiempos en los que
Ramiro Domínguez comenzó a...
“asistir a las
reuniones de la Asociación de Editores
de Madrid y más concretamente a las de la Comisión de Pequeñas Editoriales
de Madrid, en las que conocí a muchos y muchas colegas que me ayudaron a
entender mucho más el sector editorial y la política gremial. Con los años fui
presidente de la Comisión de Pequeñas Editoriales de Madrid, así como miembro
de la Junta Directiva de la Asociación y representé a los editores en la Comisión
de la Organización de la Feria del Libro de Madrid. Cargos sin remuneración alguna
y que sirvieron para aprender del sector y conocer a un amplio grupo de editores/as,
libreros/as y distribuidores/as del mundo del libro”.
Cuenta Ramiro Domínguez cómo fue
creciendo su dedicación en la editorial paterna y cómo se dedicó especialmente
a “hacerla más visible y fortalecerla en librerías”. Entonces, Sílex era una
pequeña editorial que editaba sobre todo libros de arte de gran formato, digamos:
libros de lujo. Algo que al autor del artículo no le convencía porque “veía que
el sector iba por otro lado y que el libro de arte era demasiado caro”
(requería una gran inversión pero conseguía unos resultados escasos). Llegó así
el año 1993...
“planteé que se
editaran libros de ensayo histórico de perfil más comercial sin perder rigor académico,
y se creó la colección Serie Historia,
que llegó a tener bastante impacto y fue un referente en el mundo editorial”.
Seis años más tarde, cuando llevaba
trece en la editorial buscando su propio lugar, compró la mayoría de las
acciones de la editorial y se hizo cargo de ella como administrador único.
Llegados al emblemático año 2000 aparece en Sílex la “persona que la varió: Óscar Villarroel”, quien, “con una gran vocación docente universitaria”, le propuso al editor que publicara libros académicos” “y así fue como se creó Sílex Universidad, una de las colecciones con mayor prestigio”. Aquello cambió “la forma de entender la editorial y nos volcamos en ello con mucha fuerza, así como con mucho criterio editorial y, creemos, que con un buen hacer”, reconoce orgulloso Ramiro Domínguez. Los más de 450 títulos de ese tenor permiten que Sílex se encuentre en el Q1 del reputadísimo Scholarly Publishers Indicators (SPI) en el sexto puesto en la categoría Historia.
“Eso supone muchas
horas de trabajo, esfuerzo y una visión muy clara de publicaciones”.
Y entonces apareció la música... “Otro cambio más”. Si cada “editorial tiende a buscar su espacio entre sus competidores”, no es menos cierto que ello ocurre mientras sea “el criterio de su editor o editora (el que) marque la pauta y su catálogo”. Efectivamente, si “en las empresas editoriales sus editores son los que ven un nicho de mercado”, también ocurre que éstos reflejan en aquéllas “sus referentes personales y sus propias inquietudes”.
“Desde adolescente
—nos sigue relatando Ramiro—, la Historia era una de las vertientes que más me
gustaba. Me atraía esa idea del pasado, sus porqués, sus análisis y sus
aciertos o errores de los que poder aprender. Me encantaba, tanto como ahora,
saber las razones por las que ocurrían los movimientos sociales, los cambios de
paradigmas, las revoluciones, las batallas, los cambios políticos, los movimientos
regios, las repúblicas, el horror...”
Al fin y al cabo, otra de las variables culturales que entusiasmaron desde siempre al director de Sílex fue/es la música. Los Beatles habían cambiado “absolutamente la forma de pensar” de un joven Ramiro que, ya al frente de Sílex, acabaría por comprender un hecho: dado que los movimientos culturales que aparecieron en los años cincuenta del pasado siglo se estudian en universidades como las de Granada, Sevilla, o las madrileñas Rey Juan Carlos, Carlos III o Autónoma y en la Universitat Autònoma de Barcelona, entre otras muchas, él apostó con su editorial “por una línea musical, por supuesto sin abandonar los ensayos académicos históricos ni los libros de arte”. Nuevamente, el criterio personal unido a la necesidad del mercado. De tal manera que cuando, en el año 2011 (ahora salgo yo), me vi envuelto en la creación junto a Ramiro, recién conocidos ambos (un flechazo editorial y fraterno), de una colección de biografías de personajes históricos, uno de los libros que propuse fue sobre la figura de John Lennon, para escribir la cual convencí al reconocido periodista musical Jesús Ordovás.
“El libro se
vendió bastante bien y fue la primera piedra para crear el edificio musical de
Sílex ediciones y más concretamente la colección Sílex Música”.
Lo que le ayudó al editor a tomar “la decisión definitiva de apostar por una línea editorial de música fue la publicación del libro Imposible vivir así. The Last Waltz, del periodista Miguel López”, que narraba el concierto de despedida, y la película resultante de Martin Scorsese, del mítico grupo The Band. El “otro punto de inflexión” para marcar la tendencia de la colección acabó siendo el libro escrito por Manuel Recio e Iñaki Galera “sobre un grupo imprescindible en la historia de la música como fueron los Kinks: The Kinks. Atardecer en Waterloo se convirtió en un éxito casi de inmediato”, agotando hasta cuatro reimpresiones.
La colección Sílex Música había publicado hasta el otoño de 2024 (en que su editor escribió este artículo que vengo glosando), además de los ya citados, libros sobre The Beatles, claro, Townes Van Zandt, Bob Dylan, David Bowie, Pete Towshend, Van Morrison, Big Mama Thornton, The Rolling Stones, Los Rodríguez, George Harrison, Franco Battiato, Alex Chilton, Frank Zappa, Taylor Swift... Y habían escrito para ella autores como Edi Clavo, Noemí Sabugal, Javier Cosmen Concejo, Concha Moya, Enrique Sánchez, José Luis Zapatero, Isabel Jiménez Moya, Carolina Prada Seijas, Eduardo Laporte, Javier de Diego Romero (autor del reconocidísimo Peter Gabriel. Un explorador musical y su tiempo), Juan J. Vicedo, Fran G. Matute, o yo mismo y Toni Castarnado, quien es editor de Sílex desde 2020 y socio de Ramiro Domínguez desde 2023.
“Así que editar música dentro de una editorial de historia tiene mucha lógica. Sílex, con siete premios nacionales al Libro Mejor Editado —últimamente hemos tenido otro reconocimiento importante con el Premio Fam Cultura Pop Eye 2024 a la Mejor Editorial Musical—, hace que nuestro proyecto de Sílex Música sea una apuesta necesaria para recuperar músicos y grupos, aunque también con una idea muy clara de editar autores españoles, ya sean periodistas, historiadores o músicos que escriben con calidad y rigor”.
[El retrato de Ramiro Domínguez es obra de Álvaro Ortega]
Valentía y edición son dos palabras que deberían ir siempre juntas, como se constata en esta apasionante historia de Ramiro y Sílex. Gracias, José Luis,
ResponderEliminarGracias, Miguel.
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