El filósofo español y experto en historia de las religiones y sobre todo en la figura de Jesús de Nazaret Fernando Bermejo Rubio publicó en 2018 La invención de Jesús de Nazaret. Historia, ficción, historiografía, un libro (ampliado y actualizado cinco años más tarde) que ha sido considerado una obra historiográfica de primer nivel y tiene ya una amplísima recepción.
El breve epílogo de La invención de Jesús de Nazaret lleva por título ‘El triunfo de la ficción y sus implicaciones’ y en el se concluye, tras más de 800 páginas, que lo que se sabe, lo que se cree saber, es que, “gracias al utillaje proporcionado por la filología, la historia y otras ciencias humanas, cabe atisbar –aunque necesariamente a grandes rasgos y de modo imperfecto– la silueta de un judío del siglo I E.C.” (siglo primero de la era común: el equivalente historiográfico cada más admitido en la actualidad para siglo primero después de Cristo). Se trataría de un judío galileo inmerso en aquel “judaísmo plural” desarrollado en la tierra de Israel en época helenística (entre los siglos IV y I E.C.) cuya imagen transmitida tradicionalmente por las fuentes no es más que una “invención” que presenta a Jesús como “víctima inocente y voluntaria, un hombre universal y universalista, un campeón del pacifismo, un inmaculado paradigma moral, un ser por entero único y hasta un dios”. Algo “que todas las apariencias indican que no fue”.
Esta figuración “tuvo como propósito
justificar la propia defección de sus seguidores, décadas después, con respecto
a un judaísmo en proceso de creciente normativización”. Bermejo Rubio considera
que “solo una indagación rigurosa permite restituir al personaje una identidad
creíble”. Algo solamente al alcance del “historiador que desempeña su labor con
la exigible probidad”. Una labor que solamente puede desembocar en la
desmitificación, “un deber irrenunciable del intelectual” que “está lejos de
ser bienvenida allí donde el mito ha
echado raíces, satisfecho necesidades y hecho proliferar beneficios de todo
signo”. Al fin y al cabo, “la fabricación de Jesús no ha sido nunca una
operación desinteresada ni inocente”, no lo fue cuando surgió, no lo es ahora.
Ese (falso) Jesús de Nazaret que
faculta la preeminencia de innumerables intereses explica “por qué incluso la
labor histórica más cuidadosa resulta inocua para desalojar la ficción del
imaginario colectivo”.
“Hay un hecho que
es pasado por alto con demasiada frecuencia, a saber, que la alteración de la
historia de Jesús efectuada en la tradición cristiana, por útil y reconfortante
que haya sido para sus miembros, tiene hasta hoy muy graves consecuencias,
tanto de orden epistemológico como ético”.
El teólogo argentino Hugo R. Safa, profesor de la Pontificia
Universidad Católica Argentina, escribió en 2021 en Revista Bíblica, de la
Asociación Bíblica Argentina (una publicación nacida en 1939 que se dedica a
dar a conocer, según sus propias palabras, “artículos de investigación
científica se busca favorecer la comunicación entre los especialistas” para “poner
los resultados de las ciencias bíblicas al alcance de quienes no son expertos
en el mismo campo”), un interesantísimo artículo dedicado a analizar el libro
de Bermejo Rubio, al que califica como doblemente
“imprescindible”.
“Es imprescindible
para quienes sin ser especialistas o investigadores, quieran internarse en la
espesura de la búsqueda del Jesús
histórico. Es imprescindible también porque propone un fuerte reto, que
merece ser escuchado cabalmente y contestado, punto por punto. En el mundo
académico el libro ha de encontrar buena acogida y, al mismo tiempo, generará
fuertes discusiones, sea por razón de su contenido, sea por el tono polémico,
desafiante e irónico, que se percibe ya desde la misma tapa. Pero el trabajo es
honesto y riguroso y manifiesta un planteamiento original del tema. Usando con
rigor de las fuentes y sin soslayar la enorme dificultad que estas entrañan de
cara a un juicio histórico, encara con seriedad la tarea”.
No sale mal parado el libro pues.
Teniendo en cuenta que la crítica viene de ese mundo al que Bermejo Rubio
considera la principal razón de que la tradicional figura de Jesús de Nazaret
siga prevaleciendo, pese a ser un evidente cuento
de hadas.
Safa destaca que lo mejor de la obra es
que “incita a seguir buscando, hurgando, en definitiva pensando una cuestión
tan compleja como la de Jesús de Nazaret como objeto de la historia y de la fe
eclesial o confesional”.
Seguir buscando, claro, seguir historiando, pero con el libro de Bermejo Rubio siempre presente. Encima de la mesa.
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