Una mujer bajo la influencia, Estados Unidos, 1974. Un título incomprensible, seguramente una horrenda traducción del original (A Woman Under the Influence, que no sé qué quiere decir), para una película incomprensible y también increíble. Increíble en el peor sentido de la palabra. Claro que si uno está casado con una actriz descomunal como Gena Rowlands (¿verdad John Cassavetes?), puede escribir y dirigir una película con lo primero que se le pase por la cabeza, sabedor de que, aunque ponga uno la cámara donde le venga en gana y escriba los diálogos más descabellados que se le ocurran, la película dará el pego de verdad necesario en cualquier obra artística con pretensiones de comerse el mundo.
No me
extraña que el crítico cinematográfico Tim Grierson escribiera para Village
Voice que “Rowlands es la película".
Las
dos horas y media del film, que se dice pronto, sólo tienen a Rowlands (que mereció
y obtuvo aquel año 74 el Globo de Oro a Mejor Actriz en un Drama, aunque se
quedó sin el Óscar a la Mejor Actriz, el cual fue a parar a Ellen Burstyn por Alicia
ya no vive aquí, de Scorsese) y la música de Bo Harwood como tranquilizante
ante tanta aberración de realidad, vertida por la escalofriante fotografía de Mitch
Breit. Aunque el propio Cassavetes estuvo nominado como Mejor Director en los
Óscars de aquel año (¿¿?), premio que recayó en Francis Ford Coppola por la
segunda parte de El Padrino. Peter Falk, el marido de Rowlands en
el largometraje, y habitual en las pelis de Cassavetes, no estuvo nominado. Y
lo entiendo.
Que Una mujer bajo la influencia es una película para cinéfilos no cabe duda. Y estas críticas que reproduzco a continuación así lo demuestran.
Crítica
1:
“Cassavetes vuelve a plasmar con inigualable fuerza el retrato y
los sentimientos de una mujer, un ama de casa mentalmente inestable con
continuos cambios de humor que bordean la enfermedad. Ella es Gena Rowlands,
apabullante. Peter Falk es su marido, un trabajador que trata de comprenderla,
pero que se enfrenta a un problema que se ve incapaz de resolver. Un film
tremendamente emocional y sincero”. FilmAffinity
Crítica
2:
"El inmenso, además de campeón del cine independiente, John
Cassavetes rueda un clásico de la que beberá su hijo Nick Cassavetes años
después con Volver a vivir (1996)". Luis Martínez, en El País
Crítica
3.
"Una tormenta de sensaciones, una salvaje aproximación al
personaje de un ama de casa al borde de la locura, empapada de rutina,
asfixiada por las convenciones sociales." Miguel Ángel Palomo, en El
País
No,
la cinefilia no es una enfermedad.
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