Los Oscars de Anora

El octavo largometraje del cineasta estadounidense Sean Baker, dirigido y escrito por él y titulado Anora, se estrenó en 2024 y ganó cinco Premios Oscar, entre ellos el de Mejor Dirección, Mejor Película y Mejor Guion original.

De un excesivo metraje que se va casi a los 140 minutos, Anora tarda en despegar y en ser lo que es, sea lo que quiera que sea que es: ¿una comedia?, ¿una dramedia? En cualquier caso, se queda a medio camino entre ser una película interesante y una obra de arte cinematográfico de primer nivel. Lo que no es, eso sí, es un filme que deje indiferente ni una porquería imbécil o ampulosa. Es una película singular no adscribible a estilo o género alguno que yo haya visto antes, pero sin ese desbarrar de los que se tienen por artistas tocados por la vara de los genios.

Me gustó mucho la interpretación de Mikey Madison (ganadora del Oscar a la Mejor actriz principal) y también la de Yuriy Borisov (merecedor del Oscar al Mejor actor de reparto), así como la de Mark Eydelshteyn, Karren Karagulian y Vache Tovmasyan. Todos excelentes. La poderosa fotografía estuvo a cargo de Drew Daniels.

Como nos explica Luis Martínez en su crítica para El Mundo, quizás exagerando para mi gusto un poco, el largometraje de Baker “no es un cuento de hadas sino su parte de atrás” y lo que acabamos presenciando es “brillante, divertido, desconsolado y siempre enérgico”, además de “muy triste y muy bello”.

Dura y tierna a la vez, como le leo a Oti Rodríguez Marchante en ABC, de lo que no cabe duda es de que el cineasta Baker crea unos personajes inolvidables, que son reales y puro cine al tiempo.

Estoy muy de acuerdo con eso de que es “una película arriesgada y valiente, en equilibrio inestable y que en ningún momento pierde el pulso, con mucho cine dentro”, como escribiera Salvador Llopart en La Vanguardia.