Entiendo (y comprendo) a la gente que vota a Isabel Díaz Ayuso para presidir la comunidad autónoma donde vivo cuando lo hace porque cualquier otra alternativa le parece peor, pues vislumbro que, aunque piensen que es una tarada, al fin y al cabo es 'su' tarada, una tarada que les protege del miedo que les da la socialdemocracia y no digamos ya las propuestas comunistoides o populistas de izquierda.
Lo entiendo perfectamente.
Lo que no puedo entender (ni
comprender) es a la gente que vota a Isabel Díaz Ayuso creyendo que vota a una estadista de primer nivel dotada de
capacidades analíticas y de gestión muy superiores a las del común de los
mortales capacitada para dirimir las principales cuestiones públicas desde
una altura moral y cívica inconmensurables.
A esta gente que cree tal cosa sólo
puedo decirle que están mal de la cabeza (como cada intervención pública de IDA
demuestra cada vez que abre la boca a la menor ocasión, -des-orientada por
personas soeces y delirantes) y, lo que es peor, van a acabar desquiciándonos a
todos.
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