Vuelve
el soldado derrotado de la guerra, muerto.
Las
enfermedades no pudieron con él. Tampoco los disparos, las explosiones, el
hambre.
La
soledad sí, la soledad le miró a los ojos. Le acechaba a su regreso a su hogar.
El
soldado eligió la muerte.
La
muerte, que se había dado por vencida. La derrota del soldado no la había
servido de nada.
El
futuro, el futuro sí tuvo paciencia. El soldado derrotado no supo vencer al
vacío.
El
abismo del tiempo sin ella le mató. La vida, el futuro, todo se quedó allá con
la muerte.
La
soledad no espera a nadie.
[Este no es el cuento de
hadas escrito por el folclorista ruso del siglo XIX Aleksandr Nikoláyevich
Afanásiev. Que conste.]
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ResponderEliminarexcelente obra no la conocía no podria describir todo lo que genera...magnífica.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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